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El Retrovisor

La ejecución del palio (II)

Decíamos que para la primera salida procesional del paso de palio, la Junta de Reformas creada para la realización de las llamadas “reformas” (término que se utilizó para cualquier elemento proyectado para el paso de palio), se propuso y llevó a cabo la ejecución de los varales y crestería del techo del palio (que veíamos en el anterior Retrovisor). El último elemento que se contrató a tal efecto en 1945, concretamente en el Cabildo de Oficiales de 27 de noviembre, fue la ejecución de la corona para la Santísima Virgen.

El proyecto de García de Armenta fue sometido a la aprobación de la Junta de Gobierno, ascendiendo el mismo a la suma de 13.500 ptas., acordándose dirigir carta-circular a todos los hermanos para que contribuyesen no sólo en numerario, sino con piedras preciosas y joyas para enriquecer la corona. En total se emplearon 3.600 gramos de plata dorada con oro fino de 915 milésimas, repujada y cincelada, y piedras preciosas (rubíes, esmeraldas, amatistas y perlas), con unas medidas de 53,5 x 64 cms.

El coronal consta de seis caras separadas por balaustres, en las que aparecen escenas de la vida de la Virgen: la Anunciación, la Natividad, la Adoración de los Reyes, la Huída a Egipto y la Sagrada Familia. En la cara central figura el escudo de la Hermandad. La aureola, adornada con perlas, cuenta en su parte exterior con doce ángeles nimbados intercalados entre ellos por unos rayos, y doce estrellas. Como remate, la bola del mundo sobre la que se levanta una cruz con montura de plata y rubíes.

La corona de la Stma. Virgen, en la primera salida procesional del Martes Santo 16 de abril de 1946, salió sin encontrarse aún terminada en su totalidad, como se puede apreciar en las imágenes siguientes, al faltarle aún los imperiales.

La fotografía de la izquierda muestra la corona, sin los imperiales, tal como salió el Martes Santo de 1946.

En el Cabildo de Oficiales previo a dicha salida procesional, celebrado el 5 de marzo de 1946, serían nombrados Hermanos de Honor de la Hermandad los Sres. Joaquín Castilla Romero, autor del inspirado proyecto del palio, y Emilio García de Armenta, artífice ejecutor de la orfebrería de tan magna obra; tanto uno como otro participarían desde entonces cada Martes Santo en la Estación de Penitencia de la Hermandad, portando cada uno de ellos una bocina del paso de “palio”.

El paso de palio en su primera salida procesional de 1946.

Antes de cesar en su cargo el Hermano Mayor Sr. Ruiz del Portal, en el Cabildo de Oficiales de 25 de abril de 1946, se afronta la situación económica de la Hermandad en orden a proseguir con la ejecución del paso de palio, comunicándose el déficit existente de 70.000 pts., ofreciéndose el Mayordomo 2º Sr. Blanco Benítez a proporcionar un crédito de hasta cien mil pesetas, para que los trabajos sobre el paso no se paralizaran, determinándose que dichos trabajos debían continuar sobre los respiraderos y los faldones del palio, acordándose ello y al mismo tiempo la apertura de una cuenta de crédito en el Banco de Bilbao avalada con la firma de varios miembros de la Junta, aceptándose y agradeciendo al Sr. Blanco Benítez el préstamo de las cantidades que se fueran necesitando hasta un límite de cien mil pts.

Se afronta por tanto la ejecución de los respiraderos del paso para lo que se firma contrato con Armenta el 24 de mayo de 1946, con un presupuesto de 80.000 pesetas, y motivos bordados en malla y oro fino para lo que se contrata con Manuel Elena Caro del taller de bordados “Sobrinos de José Caro”, con un presupuesto de 67.500. A finales de ese año sería elegido como Hermano Mayor, Ángel Camacho Baños.

En la ejecución de la orfebrería de los respiraderos se emplearon un total de 58 kilos, 700 gramos de plata repujada y cincelada de 900 milésimas. De estilo renacentista, los laterales presentan compartimentados doce rectángulos formados por molduras de hojas cinceladas, y separados por pilastras de decoración distinta cada una. Ocupando el centro de cada rectángulo, sobre un fondo de malla y bordados en oro y sedas de colores, contiene un medallón repujado con cabezas de los Profetas tomados del evangelio de San Lucas. En la parte superior de la moldura figura una leyenda con versículos del Stabat Mater. El frontal, presenta una capilla central con la escena de la Crucifixión, rematada con un templete en plata dorada, que contiene la reliquia de San Isidoro, de lo que ya hemos tenido ocasión de hablar (véase “La Reliquia de San Isidoro”).

El montante total de los bordados ascendería a un total de 70.000 pts. Los respiraderos serían estrenados el Martes Santo de la Semana Santa de 1948.

Año 1948, el paso estrena los respiraderos.
Diversos elementos de los respiraderos con la capilla central de la Crucifixión.

En el mes de abril de 1947 se suscribe contrato por el Hermano Mayor Camacho Baños con el taller de bordados “Sobrinos de José Caro”, para la confección de los faldones del “paso”, por valor de 72.500 ptas. de las que le fue anticipada, a cuenta, la cantidad de 20.000 ptas. No consta lo que pudo ocurrir para que la obra no fuera comenzada, aunque lo cierto es que ninguna providencia al respecto se toma más adelante, hasta que en mayo del siguiente año 1948 se recibe nuevo presupuesto y proyecto –de fecha 10 de mayo-, firmado por D. Manuel Elena Caro para la confección del bordado de faldones para el “paso” de la Santísima Virgen , en oro fino y seda de colores, ascendiendo ahora el valor de la obra a 165.000 ptas., sobre el que no se adopta acuerdo alguno, y sin que efectivamente se llegue a su ejecución.

En el Cabildo de Oficiales celebrado el 23 de octubre de ese mismo año 1948, se da cuenta nuevamente sobre el déficit aún existente, por lo que, dada la cuantía de las reformas necesarias para el “paso” de la Santísima Virgen, entre ellas, los faldones bordados cuyo coste ascendía a 165.000 pts., y las caídas del palio, proyecto que importaba 425.000 pts., se acuerda ajustarse a una política económica dirigida a aminorar el déficit existente. El bordado de las caídas del palio se contrataría al año siguiente, el de los faldones no lo sería hasta pasados muchos años.

Dibujo de Joaquín Castilla de la bambalina delantera (se encuentra en el taller de los sucesores de Elena Caro).

Efectivamente, a mitad del año 1949 es aprobado el proyecto de bordados de las caídas del palio según presupuesto presentado por Elena Caro, firmándose el contrato el 19 de julio de ese año por un valor de 310.000 pts. En su ejecución se emplearon 30 kilos de hilo de oro fino, hilos de seda de colores, hojillas y lentejuelas. Es un conjunto de 16 arcos de medio punto, unidos por tramos rectos, en los que engarzan los varales en los laterales. En el centro de cada medio punto hay una cabeza de angelote, jugándose con las diferentes inclinaciones de las cabezas de éstos.

Las bambalinas responden a la estética general del paso, guardando una gran similitud en su trabajo y bordado con el de los respiraderos. Se componen de dieciséis paños que sirven para estructurar el programa iconográfico. En su cara exterior, aparecen letanías marianas: MATER CHRISTI, MATER DIVINAE GRATIAE, MATER PVRISSIMA, MATER CASTISSIMA, MATER INVIOLATA, MATER INTEMERATA, MATER INMACVLATA, STELLA MATVTINA, ROSA MYSTICA, MATER AMABILIS, MATER ADMIRABILIS, MATER BONI CONSILII, MATER CREATORIS, MATER SALVATORIS. En el paño central figura el escudo de la Hermandad, y en el trasero el del Cardenal Ilundain.

Bordados en seda y oro fino de los paños de las bambalinas.

En la parte interior de las bambalinas se realzan quince escenas de los misterios del Rosario, bordados en imaginaría y milanés: la Anunciación a la Virgen, la Visita a Sta. Isabel, el Nacimiento de Cristo, la Purificación de Nuestra Señora, el Niño Dios perdido en el templo, la Oración de Jesús en el huerto, los Azotes atado a la columna, la Coronación de espinas, Jesús con la cruz al hombro, la Crucifixión, la Resurrección, la Ascensión, la Venida del Espíritu Santo, la Asunción de la Virgen, y la Coronación como reina del cielo y tierra (en la foto siguiente). En la caída central del frontal y coincidiendo con el escudo de la Hermandad, se representa una alegoría del Rosario.

El estreno de éstas, ya bordadas, se produciría en la Semana Santa de 1951 y fueron objeto de admiración en toda la Sevilla cofrade, expresión recogida incluso en artículos publicados en el diario ABC.

Primera salida en 1946. Escenas del bordado y entrega de las caídas en el taller de Elena Caro.

Continúa sin pausa la ejecución del palio, terminándose también para la Semana Santa de 1951, la peana del “paso” de la Virgen, aunque ésta no es la que conocemos en la actualidad que se estrenaría años más tarde; aquella era lisa, de metal y con el escudo de la Hermandad en el centro. Años después se donaría a la hermandad de los Servitas.

El proyecto inicial de la peana fue encargado a Joaquín Castilla que no llegó a ejecutarse, probablemente por su elevado coste. No es hasta 1968 cuando Emilio García de Armenta presenta un proyecto basado en el original de Castilla y que, más económico que el original, respeta la línea estética del conjunto.

En el frontal se representa la Anunciación, y se inspira en el cuadro de Roelas de la iglesia de la calle Laraña, mientras que en las capillas laterales aparecen los padres de la Virgen, S. Joaquín y Sta. Ana (inspirados en los del monasterio de S. Isidoro del Campo), así como dos alegorías marianas, la fuente y el pozo. En el friso aparece la inscripción AVE MARIA GRACIA PLENA. Su peso es de 30 kilos, en plata de ley.

Dibujo del proyecto original de J. Castilla y la peana actual de Armenta.

(Continuará)

(Esta entrada de la sección de ‘El Retrovisor’ ha sido elaborada por N.H.D. Antonio Gutiérrez de la Peña)