1924.- La fundación de la Hermandad de los Estudiantes de Sevilla.
La Hermandad de los Estudiantes de Sevilla tiene su origen en los sentimientos católicos de un grupo de miembros de la Universidad de Sevilla (profesores, estudiantes, catedráticos, personal laboral universitario, etc) en torno a comienzos del Siglo XX. Como eje central de esa expresión del sentimiento católico, dentro de la vida diaria en la Universidad, se alzaba la devoción hacia el Santísimo Cristo de la Buena Muerte, Imagen del escultor Juan de Mesa y Velasco que presidía uno de los altares de la Iglesia de la Anunciación, sede de la capilla universitaria de aquel entonces.
La idea de crear una hermandad de estudiantes que rindiese culto al Santísimo Cristo de la Buena Muerte surgió en un artículo publicado en la revista universitaria local ”Alma Mater” en el año 1914, firmado por el alumno José Bernal Romero. Sin embargo, esa propuesta inicial no llegó a prosperar, debiéndose esperar diez años para que la idea se hiciese realidad finalmente. El origen de la Hermandad se encuentra en la iniciativa de un grupo de universitarios que, a lo largo del año 1924, mantuvieron una serie de reuniones en el Laboratorio de Arte de la Facultad de Filosofía y Letras, donde fue perfilándose esa iniciativa.
El portentoso Crucificado, realizado por Juan de Mesa en 1620 (aunque en ese momento se creía que era obra de Martínez Montañés), se encontraba depositado en la Iglesia de la Universidad por haber pertenecido a una congregación de sacerdotes que tenía su sede en dicho templo, perteneciente hasta el Siglo XVIII a la orden de la Compañía de Jesús. Los miembros de la orden fundada por San Ignacio de Loyola, tenían su Casa Profesa en Sevilla en la siglos después rotulada como calle Laraña, dentro de los caserones anexos a la Iglesia de la Anunciación, templo de la orden.
Una vez fueron expulsados los Jesuitas de España en 1767 por Pragmática Sanción de Carlos III, se iniciaron los trámites para trasladar la Universidad Hispalense desde su antiguo emplazamiento junto a la Catedral de Sevilla a la calle Laraña. De este modo, la Iglesia Jesuítica de la Anunciación quedaría convertida en sede de la Capilla de la Universidad. Ésta fue destinataria de la mayor parte de bienes patrimoniales que los Jesuitas tuvieron que dejar en dicho lugar tras su presurosa expulsión. Entre dichos bienes se encontraba la Imagen del Crucificado de la Buena Muerte, el cual quedó depositado en uno de los altares situado en las naves del templo hasta finales del Siglo XIX cuando retomó una gran devoción profesada especialmente por los miembros de la Universidad de Sevilla que lo visitaban a diario en su altar del templo de la Anunciación. Este hecho propició la contrucción de una capilla propia para la Sagrada Imagen en el lugar donde hoy se encuentran las dependencias de la Hermandad del Valle, anexas al altar de las Imágenes de la Hermandad de la Coronación sito en la nave de la epístola.
En aquellas reuniones en el Laboratorio de Arte, previas a la fundación de la Hermandad, donde figuraban algunos de nuestros hermanos fundadores (González-Nandín, Bago Quintanilla, Hernández Díaz, García y García, etc.) se redactaron unas Reglas inspiradas en las de las hermandades de El Silencio y La Amargura y que, previa remisión a la máxima autoridad Eclesiástica, fueron aprobadas el 17 de Septiembre de 1924.
El 17 de Noviembre de 1924 se celebró en la Iglesia de la Universidad el Cabildo Fundacional de la Hermandad, en el que se dio cuenta de la precitada aprobación de reglas y se eligió la primera mesa de Gobierno de la Corporación. Ya desde ese primer acto, se puede apreciar la vinculación de la Hermandad con la Universidad de Sevilla, puesto que en ese Cabildo Fundacional el Vicerrector juró las reglas en nombre del claustro universitario.
1924-1939.- Los difíciles primeros años. De la primera salida procesional de la cofradía hasta la Guerra Civil.
En los primeros años de andadura de la Hermandad hubo multitud de disparidad de opiniones en el seno de la misma, ejemplos de las cuales son las que surgieron en torno a la conveniencia de que el paso del Cristo llevase acompañamiento musical y la ostentación y derroche en los actos de culto. Desde un primer momento, se había decidido que la cofradía únicamente procesionase con el paso del Santísimo Cristo de la Buena Muerte en la estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral, en la tarde de cada Martes Santo (esta decisión fue objeto de modificación al incorporarse a la cofradía el paso de María Santísima de la Angustia en 1946).
Otro problema que surgió en los primeros años fue el económico, ya que no se cumplieron las iniciales previsiones de hermanos. Se buscaron distintas medidas para solucionar estos problemas económicos, intentando la vinculación con la Universidad para captar nuevos hermanos y obtener nuevas fuentes de ingresos. Sin embargo si consideramos la evolución de las cifras de hermanos, no se entiende el pesimismo reinante salvo que las expectativas iniciales fueran muy altas.
A pesar de todo ello, la cofradía realiza su primera estación de penitencia en 1926 procesionando únicamente con la Imagen del Santísimo Cristo de la Buena Muerte, sobre un paso realizado en madera de caoba por el ebanista Serradilla de estilo neoclásico. El paso se adornaba con cuatro singulares faroles neomudéjares y con un escueto monte de lirios, que había sido confeccionado con flores que los propios miembros de la Hermandad habían cogido del campo para la ocasión. Posteriormente el paso sustituiría los cuatro faroles neomudéjares por los actuales hachones de cera color tiniebla, añadiendo cuatro evangelistas en las esquinas del paso realizados por el escultor Antonio Bidón.
En 1930 el mismo autor -Antonio Bidón- realizó gratuitamente para la Hermandad una imagen de la Santísima Virgen, que fue bendecida por el Cardenal Illundáin en 1931. Esta talla no fue del agrado de los hermanos por lo que al poco tiempo se acordó su sustitución en 1942 por la Imagen actual de Juan de Astorga. La antigua Imagen realizada por Bidón se encuentra actualmente expuesta al culto en la localidad burgalesa de Bezana, si bien, diversas intervenciones la han sometido a una fisonomía bastante alejada de la realizada por Bidón.
El 30 de abril de 1932 la Hermandad se enfrentó a un momento muy difícil que podía haber llevado a su desaparición. En esta fecha, para respetar el carácter laico de la Universidad, el Rector comunicó a la Hermandad la clausura al culto de la iglesia y no autorizó a la cofradía a trasladar las imágenes a otro lugar. Este acontecimiento histórico, unido a la politización de cualquier aspecto religioso, obligó que los cultos se celebraran hasta el año 1935 en la Parroquia del Divino Salvador, ante dos fotografías de nuestros Titulares. Incluso se recoge en las actas de la Hermandad como, atendiendo a la gravísima situación suscitada, los hermanos se plantearon la posibilidad de disolver la misma, siendo finalmente deseo de todos continuar con la vida de la corporación, a pesar de los escollos reinantes en aquel tiempo. Afortunadamente, con la vuelta a la actividad ordinaria en la Universidad (19 de Febrero de 1935), la Hermandad se afianzó y el número de hermanos sufrió un espectacular aumento.
Por otro lado, y durante el periodo de la Guerra Civil (1936-1939) la Hermandad de los Estudiantes, a diferencia con la gran parte de cofradías sevillanas, no sufrió en demasía los efectos de la contienda nacional, destacándose como hecho más destacado durante este periodo la llegada al templo de la Anunciación de la Hermandad de la Esperanza Macarena en la madrugada del 4 de octubre de 1936, siendo recibida en la puerta de la Iglesia por varios miembros de la Junta de Gobierno de la Hermandad de los Estudiantes. En dicha comitiva figuraba un cajón de madera en cuyo interior se hallaba escondida la Imagen de la Santísima Virgen de la Esperanza Macarena, ocultada para no ser objeto de las profanaciones que se habían llevado a cabo en la Ciudad meses atrás.
Esta forzosa estancia, motivada por la persecución religiosa a la que se había visto sometida la Hermandad de la Virgen de la Esperanza, duraría hasta 1942, fecha en la que la Hermandad de la Macarena pudo regresar a la Parroquia de San Gil, incendiada previamente en los disturbios del 18 de julio de 1936. Fruto de esta convivencia entre ambas corporaciones mantenida durante casi 6 años surge el hermanamiento entre la Hermandad de la Macarena y la Hermandad de los Estudiantes que se mantiene hasta nuestros días y el estrecho vínculo entre ambas corporaciones.
1939-1966.- Crecimiento y consolidación en la calle Laraña.
Al finalizar la guerra civil, surgió el problema de los hermanos fallecidos y de los que no abonaron las cuotas durante la contienda. Se volvieron a organizar distintas actividades con el fin de aumentar el número de hermanos. A partir de ese momento, la Hermandad de los Estudiantes sufrirá un espectacular crecimiento y auge que la llevará a ocupar un sitio privilegiado dentro de la nómina de las Hermandades y Cofradías de la Ciudad, a pesar de sus pocos años de vida.
En 1942 se acuerda la sustitución de la Imagen de la Virgen realizada por Bidón, por la talla de Juan de Astorga que llegaría hasta nuestros días. Esta imagen de la Santísima Virgen se encontraba en la Parroquia de San Isidoro, y había pertenecido a la antigua Hermandad del Despedimiento de Cristo o Cofradía de Los Pescadores. Tras la recomendación del Profesor y Catedrático de Artes D. José Hernández Díaz, fue adquirida al Arzobispado por el precio de 2.500 pesetas de las época.
El Martes Santo de 1946 se produjo la primera salida del paso con la Virgen de la Angustia, acontecimiento que tuvo gran eco en la prensa. El proceso de realización de un paso de palio de la Santísima Virgen se había iniciado en 1.943. La Junta de Reformas tuvo la iniciativa de erigir “un trono digno de la soberanía de María”. Durante los años siguientes fueron confeccionándose los diversos enseres que conformarían el paso de palio. Todo ello con la participación de tres pilares en lo que al diseño y ejecución artísticos se refieren: Joaquín Castilla Romero, Emilio García Armenta y el taller de Elena Caro.
El nuevo paso de la Sagrada Imagen se realizaría siguiendo un proyecto de estilo neorrenacentista de Joaquín Castilla Romero, el cual el artista había realizado para la Virgen de la Esperanza Macarena y que esta hermandad había rechazado por no considerarlo adecuado para la Hermandad. La Hermandad de los Estudiantes, de manos de D. Joaquín, toma el proyecto realizado para la Hermandad de la Macarena y modifica algunos aspectos del mismo, adaptándolo a la iconografía universitaria. El palio se configuraba como un auténtico compendio iconográfico mariano, en el que se incluían símbolos y elementos universitarios, tales como los cuatro patronos de las Facultades que entonces existían en la Universidad de Sevilla (Derecho, Medicina, Ciencias y Filosofía y Letras) así como una representación de la Virgen como Sede Sapientae, inspirada en un grabado alemán del Siglo XVIII de los hermanos Klauber.
En esta época, aunque se consolidó la celebración de los cultos de regla, también surgieron problemas para celebrarlos. Entre 1951 y 1953 los problemas fueron debidos a la coincidencia del quinario con otros actos en la Catedral y en la Parroquia del Salvador, ya que la normativa impedía que se solapasen. En 1965 y 1966 los problemas surgieron de la clausura de parte del templo por ruina. No obstante, la vida de la corporación aumentaba con el paso de los años y el patrimonio humano, material y artístico de la corporación crecía por momentos.
La estrecha relación entre la Universidad y la Hermandad adquirió un pleno sentido cuando, al conocerse el traslado de la Universidad de la calle Laraña a la Fábrica de Tabacos, la Hermandad acordó trasladarse con ella el 7 de febrero de 1950. En 1954 el Cristo de la Buena Muerte presidió la inauguración de la nueva Universidad, trasladándose la Sagrada Imagen desde la Iglesia de la Anunciación hasta la antigua Real Fábrica de Tabacos, sede de la actual Universidad.
A comienzos de los años sesenta del siglo pasado se iniciaron las gestiones para el traslado a la nueva Universidad. Surgió el problema de la permanencia de la Hermandad de las Cigarreras en su capilla, quedando el traslado condicionado a la marcha de la misma. Debido a las reducidas dimensiones de la capilla, se iniciaron obras para su ampliación.
Como experiencia previa al definitivo traslado a la nueva sede, el Santísimo Cristo de la Buena Muerte participaría en las Santas Misiones de 1965 junto al resto de hermandades y asociaciones de fieles de la Archidiócesis, trasladándose nuestro Sagrado Titular a la caseta permanente que el Real Círculo de Labradores y Propietarios de Sevilla tenía montada durante todo el año en la antigua sede de la Feria de Abril, en el Prado de San Sebastián.
Aprovechando la cercanía del mencionado centro misional con la sede de la nueva Universidad, se celebraron actos dentro de la Antigua Fábrica de Tabacos con los estudiantes, presididos por el Santísimo Cristo de la Buena Muerte, los cuales sirvieron de anticipo al traslado definitivo a la calle San Fernando que se llevaría unos meses más tarde.
El 26 de noviembre de 1966 se realizó el traslado de las Imágenes a su nueva sede, destacando la gran asistencia de público y la participación en el cortejo de distintas autoridades.
1962-1982.- Llegada a la Antigua y Real Fábrica de Tabacos, nueva sede de la Universidad de Sevilla. Solemnidad de los Cultos en la Catedral y apertura al mundo universitario.
Con el traslado se abre una nueva etapa llena de incertidumbres. Por un lado no se sabía cómo seguir realizando los cultos en la nueva capilla debido a sus reducidas dimensiones. Por otro lado surge el problema de cómo hacer realidad la vinculación de la Hermandad con la Universidad en un mundo universitario en transformación. Durante la década de los setenta se fueron planteando distintas iniciativas para propiciar la aproximación de la corporación al mundo universitario. Uno de los pocos proyectos en ver la luz y en consolidarse fue el pregón universitario de Semana Santa. El primero de éstos se celebró en 1973. Este acto sólo ha dejado de celebrarse en 1978, por no encontrarse un candidato idóneo para ejercer la labor.
Entre 1972 y 1982 la Hermandad celebró el Quinario en la Catedral. Esta medida fue justificada por la falta de espacio en la capilla. En esta década el quinario se convirtió en el acto institucional central de la Hermandad junto con la estación de penitencia, llegando a participar bandas de música en los cultos. En reconocimiento de esas colaboraciones, el Cabildo de la Catedral y la Banda Municipal fueron nombrados hermanos de honor, y el primero otorgó carta de hermandad capitular a la cofradía.
En el año 1973 tuvo lugar un importante hecho con el que la Hermandad adquirió un gran protagonismo en el ámbito cofradiero: por primera vez una cuadrilla de hermanos costaleros saca el paso del Cristo. Éste hecho sirvió como precedente para el resto de Hermandades que siguieron el ejemplo paulatinamente.
En el año 1983, en el traslado de las imágenes a la Iglesia de la Anunciación para la celebración del quinario, la imagen del Cristo cayó al suelo sufriendo diversos daños, entre otros, el desprendimiento de la cabeza. Debido a ésto el quinario se celebró sin la presencia del Cristo, al igual que sucedió en la estación de Penitencia. Durante la restauración de la imagen, realizada por el Prof. Francisco Arquillo, se descubrió en el interior de la cabeza un documento o nota que confirmaba la autoría de Juan de Mesa.
1983-2015- Llegada al Nuevo Milenio. La Hermandad de los Estudiantes en la actualidad
A partir de 1983 la Hermandad de los Estudiantes irá poco a poco consolidándose definitivamente dentro del marco universitario en la Antigua y Real Fábrica de Tabacos. La Hermandad decide por fin celebrar sus cultos, con la solemnidad acostumbrada, única y exclusivamente en la Capilla de la Universidad de Sevilla, que presenta un lleno absoluto en cada una de las celebraciones que allí tienen lugar. Por otro lado, se fomenta la vinculación con la Universidad de Sevilla a través de distintos actos como los Ciclos “Cultura y Fe” -donde acuden importantes personalidades del mundo religioso y social-, el ya tradicional Pregón Universitario o las campañas de donación de sangre, entre otros.
En 1994 fue retirado al Culto el Santísimo Cristo de la Buena Muerte para ser trasladado al Instituto de Conservación y Restauración de Bienes Culturales. Allí se llevó a cabo satisfactoriamente su restauración, devolviéndosele a la Sagrada Imagen el esplendor deterioriorado por el paso del tiempo.
Con motivo del LXXV Aniversario Fundacional de la Hermandad, se llevó a cabo un programa de actos y cultos extraordinarios para conmemorar dicha efemérides, que finalizó en un Pontifical extraordinario en la Iglesia de la Anunciación, a la que fueron trasladados en la mañana del 17 de noviembre de 1999 nuestros Sagrados Titulares. Por la tarde tuvo lugar la procesión de regreso a la sede de la calle San Fernando entre gran cantidad de público y fieles. En esa fecha se firmó carta de hermanamiento con la Hermandad de la Esperanza Macarena que refrendaba la intima relación entre ambas corporaciones.
Con la llegada del Nuevo Milenio, la Hermandad se hace plenamente partícipe en la tarea de la nueva evangelización promulgada por el Papa Juan Pablo II, continuando con sus cultos y actividades, dentro del ámbito estudiantil y universitario. La Acción Social a favor de los más necesitados cada vez va adquiriendo un papel más importante en las tareas de la Hermandad, la cual, lleva a cabo la construcción de un Colegio en Perú denominado “Señor de los Estudiantes”; colabora en obras de caridad en la India y Angola, así como participa en otros proyectos de importante calado en la Ciudad como el Programa de Acogida de Niños Bielorrusos afectados por la catástrofe nuclear de Chernobil. Igualmente la Hermandad ha iniciado un programa de ayudas a universitarios con problemas económicos que tienen dificultades para proseguir sus estudios, en unión de otras instituciones y entidades de nuestra ciudad.
En el año 2005 tiene lugar el estreno del nuevo manto procesional de María Santísima de la Angustia, tomando como diseño un proyecto de Joaquín Castilla, depositado en los archivos del Convento de Santa Isabel que gentilmente es cedido a la Hermandad junto con otros bocetos del genial autor. El nuevo manto, con forma de capa pluvial y trazado en consonancia con el estilo neoclásico del resto de paso de palio, es realizado por el Taller de Artesanía Santa Bárbara de Sevilla, siendo expuesta dicha obra, durante los días previos a la Semana Santa, en el Salón del Apeadero del Ayuntamiento de Sevilla, y siendo, sin lugar a dudas, el estreno más importante de la Semana Santa de Sevilla en aquel año.
En 2008 es estrenado el faldón delantero del paso de palio, siguiendo el proyecto original del mismo. En 2009 se producirá el importante hecho de la entrega, por parte de la Universidad de Sevilla, de su medalla de oro, como reconocimiento a la vinculación existente entre ambas corporaciones.
Ese “Trono digno de la soberanía de María” proyectado en 1945 por la comisión creada al efecto por la Hermandad, tendrá su culminación con el estreno en 2012 de la totalidad de los faldones bordados del paso de palio, realizados por el mismo taller, poniéndose así broche de oro a uno de los conjuntos más completos y ricos de la Semana Santa de Sevilla.
Ese mismo año, y con motivo de la terminación de los bordados del palio, la Hermandad organiza la exposición “Sedes Sapientae” en la sede del Círculo Mercantil e Industrial de la calle Sierpes de esta Ciudad, donde quedan expuestos los enseres más sobresalientes de la cofradía, incluidos todos los elementos que conforman el palio.
La exposición, visitada en apenas siete días por miles de sevillanos, cuenta además con diversos actos, conferencias, proyecciones audiovisuales, etc, que sirven asimismo de homenaje para el autor del proyecto original del palio de María Santísima de la Angustia: D. Joaquín Castilla Romero.
Finalmente el año 2013 contiene la conmemoración de dos importantes efemérides: el LX aniversario de la creación de la primera cuadrilla de Hermanos Costaleros y del Pregón Universitario de la Semana Santa en 1973, para la cual la Hermandad organiza diversos actos, reuniendo a los partícipes de la primera cuadrilla de costaleros así como a todos los pregoneros universitarios hasta este año.
En este año 2.013 se procedió por parte del profesor Arquillo a la restauración de la Imágen de María Santísima de la Angustia, recuperando la misma su esplendor original, encarando radiante de esta forma la conmemoración de su próximo bicentenario de su hechura.