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El Retrovisor

La Santa Misión

Aunque ya nos hemos referido a ello en otra ocasión (véase Las Salidas Extraordinarias), quizás convenga extenderse algo más en lo que supuso para Sevilla y sus hermandades la idea propuesta por el Cardenal Bueno Monreal, la llamada Santa Misión General, dentro del espíritu de renovación de la Iglesia tras el Concilio Vaticano II, y a la vez la creación de nuevas barriadas en la ciudad que por su lejanía con las iglesias tradicionales había hecho descender el número de feligreses en la participación de la Eucaristía, ya que según las propias palabras del Cardenal, “tenemos que abordar el apostolado de los barrios alejados, de los núcleos de los pobres, de los grupos especializados, del mundo del trabajo y del ambiente santificador”, en definitiva, “ la Misión es una llamada a la conversión a Dios”.

El día 12 de enero de 1965, el Arzobispado ofreció información sobre un acontecimiento del que ya se llevaba hablando paulatinamente en la prensa semanas anteriores. Durante el plazo de un mes la ciudad se iba a convertir en un gran escenario invadido de religiosidad popular, trasladando a varias de las Imágenes Titulares de distintas hermandades a diversos puntos de la ciudad para celebrar numerosos actos pastorales y formativos, a pesar de que apenas quedaba una quincena para el comienzo de los mismos. Muchísimas personas participaron como voluntariado en la realización de las distintas actividades pastorales y de formación, presididas por el Cardenal Bueno Monreal, su Obispo auxiliar Cirarda Lachiondo, el Delegado de Pastoral Piñero Carrión y el Secretario General Fernando Cuadrado.

El cardenal D. José María Bueno Monreal.

Para el cumplimiento del plan previsto por el Arzobispado se establecieron 16 zonas con un total de 166 centros misionales. Dichas zonas eran la Catedral, la Alameda, la Macarena, la Cruz Roja, la Puerta Osario, San Pablo, Nervión, el barrio de la Candelaria, el Cerro del Águila, el Porvenir, la Palmera, los Remedios, Triana, San Jerónimo, Torreblanca y Bellavista. Las imágenes de 55 corporaciones serían trasladadas desde sus sedes canónicas a los llamados centros de la Misión, puntos de oración que articulaban una red que durante quince días se extendió por la ciudad. En sus andas, las imágenes discurrieron por calles y plazas por donde no han vuelto a pasar, dejando estampas para el recuerdo, formando parte de un capítulo destacable dentro de la religiosidad popular del siglo XX.

El traslado de las imágenes de diversas hermandades.

La mayor particularidad fue el traslado de las imágenes a sitios tan anómalos como una fábrica de lámparas en la calle Salado (Cristo de la Vera Cruz), a un local anexo a la iglesia de la Trinidad en el nº 6 de la Carretera de Carmona (Cristo del Amor y Virgen del Socorro), o al estadio Benito Villamarín (Cristo del Calvario), o la estampa más conocida de la Soledad de San Lorenzo en el cementerio de San Fernando, camino de San Jerónimo, y en cuyo recuerdo y motivo se colocó el retablo cerámico que preside la glorieta de entrada. Algunas no salieron de sus feligresías, mientras que otras viajaron a la periferia. La Paz permaneció en su barrio del Porvenir, concretamente en la plaza de América, mientras que el Cristo de la Humildad y Paciencia viajó hasta Madre de Dios y la Virgen del Subterráneo hizo lo propio hacia el Colegio de Portaceli; la hermandad de la Hiniesta vio cómo el Crucificado recorría tan solo unos metros, hasta la plaza de San Julián, mientras que la dolorosa marchaba hacia el Cerro del Águila. La Virgen de Gracia y Esperanza, de San Roque, fue trasladada hasta la Cruz Roja, la Estrella residió en el Colegio Santa Cecilia y la Amargura en el cuartel de la Alameda.

El traslado de las imágenes de diversas hermandades.

Entre estas imágenes inéditas, la más destacable y que en pasadas fechas hemos tenido ocasión de revivir, fue el traslado del Gran Poder hasta el barrio de Nervión cruzando el puente de San Bernardo, hasta llegar a la parroquia de Santa Teresa, en el barrio de la Candelaria. La Virgen de la Esperanza Macarena fue trasladada a la parroquia de San Juan de Ribera del Polígono de San Pablo, aunque no lo fue de forma pública, sino en una furgoneta, de madrugada. La Esperanza de Triana permaneció en su barrio, en la Escuela de San José de Calasanz. En la calle Pureza se produjo el encuentro con la Virgen del Valle y las Tristezas de Vera Cruz, cuyos centros estaban en Los Remedios.

El Gran Poder y la Macarena en las Misiones.

La patrona de Sevilla salió en procesión en dos ocasiones, en la primera jornada para la inauguración del acto, 31 de enero, y el 14 de febrero siguiente en que fueron clausuradas las Misiones.

Nuestra Hermandad se sumó a este acontecimiento figurando en la relación de las dieciséis zonas, para lo que le fue asignada la zona décima del Porvenir, teniendo que trasladar la Imagen del Santísimo Cristo al centro número cuatro situado en la caseta ferial del Real Círculo de Labradores en el Prado de San Sebastián, cuya estructura en aquella época, por ser fija, permanecía instalada durante todo el año, lugar que le fue asignado por su proximidad a la Universidad, procurándose una economía de distancia como también la asistencia de jóvenes estudiantes.

La caseta del Labradores había sido construida en el año 1953, en sustitución de una anterior que en 1930 fue desmontada y vendida. La nueva caseta se inauguró en abril de 1954, cerca del pabellón de Portugal de la Exposición del 29, en los terrenos del Prado de San Sebastián, donde funcionó para tal fin hasta 1972, ya que al año siguiente  la Feria de Abril se trasladó al barrio de los Remedios. En 1975, ante el apremio del ayuntamiento de la época para desmontarla,  fue comprada por la Asociación Club de Campo de Sevilla, que la trasladó a sus instalaciones deportivas cercanas al aeropuerto San Pablo, donde aún puede verse desde la carretera .

Los entonces Príncipes en la caseta del Real Círculo de Labradores en 1968.

El traslado de la Sagrada Imagen se llevó a cabo el 28 de enero de 1965, permaneciendo en dicho lugar hasta el siguiente día 15 de febrero. A las cinco de la tarde de aquel día de finales de enero se inició el traslado desde la iglesia de la Anunciación, siguiéndose el itinerario de “Plaza de la Encarnación, Puente y Pellón, Plaza del Pan, Francos, Placentines, Plaza de la Virgen de los Reyes, San Gregorio a salir por la Fundación Yanduri a calle San Fernando, para entrar por la puerta central de la Universidad y seguir por el interior de la verja hasta la puerta de la Facultad de Derecho, y salir por la misma hasta la caseta de Feria del Círculo…”, según escrito dirigido al Rector en solicitud de autorización, cumpliéndose el itinerario hasta llegar a dicha caseta donde sería recibido el cortejo por el Presidente del centro Sr. Esquivias y Salcedo y miembros de la Junta directiva, ofreciéndose al Santísimo Cristo una ofrenda floral. Sería instalado en un altar montado para la ocasión, bajo dosel y flanqueado por ocho candeleros. Figuraba el Estandarte de la Hermandad y los cuatro Guiones de las distintas Facultades.

Traslado de la imagen y entrada de la misma en la caseta ferial del RCL.

Durante dicha celebración misional, el día 3 de febrero el Santísimo Cristo fue trasladado a la Facultad de Ciencias, llevado a hombros de universitarios e introducido en el recinto por los Catedráticos concurrentes. Allí tuvo lugar la actividad central más importante de la Misión en la Universidad que se desarrollaría durante toda la jornada, en un altar montado para la ocasión en el pasillo central de la antigua Facultad de Ciencias, concluyendo sobre las siete de la tarde después de la celebración de la Santa Misa y regresando de nuevo a la caseta del Labradores.

Diversos momentos del acto central misional en la Universidad.

El día 15 de febrero se clausuraron las Santas Misiones con una Eucaristía en la plaza de Calvo Sotelo (hoy Puerta de Jerez), que presidió la Virgen de los Reyes en su palio de tumbilla. Por la tarde se inició el traslado de regreso del Santísimo Cristo a la Anunciación, encabezando el cortejo una cruz alzada y tras ella los Guiones de las Facultades, hermanos con cirios y Estandarte corporativo; la presidencia estaba compuesta por el Hermano Mayor Sr. Ramos Rubau, D. José Hernández Díaz y D. Carlos García Fernández, Rector de la Universidad. A las nueve y media de la noche haría su entrada en el templo universitario después de haber residido durante varios días muy cerca de lo que, a partir del siguiente año 1966, iba a ser su nueva sede, la Capilla universitaria de la antigua Fábrica de Tabacos.

Histórica fotografía del Stmo. Cristo en la caseta del Labradores.

(Esta entrada de la sección de ‘El Retrovisor’ ha sido elaborada por N.H.D. Antonio Gutiérrez de la Peña)