Categorías
El Retrovisor

Refugio de cofradías

En numerosas ocasiones a lo largo de los años, la sede canónica de la Hermandad, tanto en la época en que lo era la iglesia de la Anunciación, como ahora en la capilla de la antigua Fábrica de Tabacos, muchas cofradías se han visto obligadas a buscar refugio. La lluvia ha propiciado muchas veces la necesidad de abrigo para aquellas que, en el momento de su discurrir procesional, lo hacían cercanas a la sede de la Hermandad. Pero no solamente la lluvia, sino otras circunstancias como es el caso de obras o estado de ruina en sus propios templos, lo que han obligado a algunas hermandades a buscar ese refugio.

Muchos de estos sucesos tuvieron lugar sin quedar siquiera recogidos en los anales de la Secretaría, pero sí lo han sido otros que han propiciado imágenes inéditas que ahora, en este resumen, intentaremos hacerles llegar.

La primera noticia que tenemos de cofradías que buscaron refugio en la iglesia de la Anunciación tiene lugar en el año 1942, cuando la hermandad de Nuestro Padre Jesús ante Anás y María Santísima del Dulce Nombre, se dirige a nuestra Hermandad en escrito de 24 de marzo, comunicando el propósito de establecerse definitivamente en la iglesia de la Anunciación, al tener noticia de la marcha de la hermandad de la Macarena, y encontrarse buscando iglesia o capilla próxima al centro de la ciudad, facilitándose con ello la visita de los hermanos y su asistencia a los cultos.

La respuesta del secretario de la Hermandad del 8 de abril siguiente no puede ser más lacónica, al ceñirse la misma a darse por enterados de dicho propósito y “…abstener de toda intervención en las gestiones por esa hermandad iniciadas, por estimar no es de su entera incumbencia el asunto que se les notifica…”. Desconocemos si la hermandad del Dulce Nombre llegó definitivamente a instar dicho traslado de la Autoridad Académica, aunque evidentemente éste nunca llegó a producirse.

Correspondencia entre las dos hermandades del Martes Santo en 1942.

Tal como se recoge en la fotografía que a continuación se inserta, puede apreciarse, junto a los pasos de la Hermandad en el crucero de la iglesia de la Anunciación, el paso del Stmo. Cristo de la Expiración, el de la Sagrada Lanzada, y el paso de misterio de la hermandad de la Carretería. Tal situación se corresponde con los hechos ocurridos en 1948.

El viernes 26 de marzo de dicho año se celebró la procesión del Santo Entierro Magno, para evocar el VII Centenario de la conquista de Sevilla por el rey Fernando III el Santo. Un total de veinte pasos formaron parte de dicha conmemoración, más los tres correspondientes a la hermandad del Santo Entierro de Cristo. Pero la lluvia hizo acto de presencia desluciendo el desfile procesional, hasta tal punto que sólo quince de ellos llegaron a alcanzar la Catedral, refugiándose la mayoría de ellos en el templo del Salvador. La Hermandad no figuraba en dicho cortejo extraordinario, pero sí sirvió de refugio a aquellas cofradías a las que la lluvia sorprendió en sus alrededores.

Año 1948. Algunos de los pasos que conformaban el Santo Entierro Magno.

En la década de los años cincuenta se producen más acontecimientos de este tipo. Es en 1952, en su Jueves Santo, cuando la hermandad de los Negritos recibiría amparo en la iglesia de la Anunciación con motivo de la lluvia que soportaría durante su estación de penitencia, expresándose por dicha hermandad testimonios de agradecimiento. Igualmente en la Semana Santa de 1954, es la hermandad del Santísimo Cristo de las Aguas, radicada en aquellos años en la iglesia de Santiago el Mayor, a la que le sorprendería la lluvia en la tarde del Lunes Santo, debiendo buscar refugio en la Anunciación. Y en 1959, es la hermandad de los Panaderos la que solicita autorización para realizar su estación penitencial desde la Anunciación, al haberse desprendido una parte de la cúpula de su capilla y ante la proximidad de la Semana Santa, sin que conozcamos cual fue el resultado de la gestión.

Correspondencia de las hermandades de los Negritos, de las Aguas y de los Panaderos, en la década de los cincuenta.

La lluvia volverá a hacer acto de presencia en la tarde del Martes Santo de 1956, en que es la hermandad de San Benito la que tiene que guarnecerse del agua, buscando refugio en el templo universitario. A finales de los años sesenta, la hermandad de San Isidoro se vería obligada a refugiarse en dicho templo, ante la amenaza de lluvia.

Año 1956. La hermandad de San Benito buscando refugio en la Anunciación.

En la sede canónica de la capilla de la antigua Fábrica de Tabacos, una vez completado el traslado de la Hermandad en el año 1966, también van a repetirse estos hechos, siendo quizás el más importante de todos ellos el ocurrido en el año 1995, por el gran número de pasos que confluyeron en el reducido espacio de la capilla universitaria.

El Martes Santo de dicho año, y una vez que la cofradía de los Estudiantes hubo regresado a la Universidad y se llevó a cabo el traslado de los pasos a la capilla, comenzó a llover sobre la ciudad, viéndose obligada la hermandad de la Candelaria, que discurría en esos momentos por la calle San Fernando, a refugiarse rápidamente en la capilla, decisión tomada por el Hermano Mayor ante la inminencia de los hechos y encontrarse ilocalizable en esos momentos el rector de la capilla y director espiritual de la Hermandad. Se daba la circunstancia, como muestran alguna de las fotografías que a continuación se recogen, que el Lunes Santo anterior, la hermandad de Santa Genoveva también había buscado refugio en la capilla, encontrándose todavía en la misma, por lo que confluyeron en ella, además de los dos pasos de nuestra Hermandad, los de la Candelaria y los de la parroquia del Tiro de Línea.

Año 1995. Los dos pasos de la hermandad de la Candelaria y el Señor Cautivo en la capilla.

La contestación a este hecho y los inconvenientes que produjo en los cultos a celebrar en la capilla, fueron objeto de contestación por el rector de la capilla, en el Cabildo de Oficiales celebrado el 4 de mayo de 1995, en el que expresó su malestar por no habérsele comunicado previamente tal decisión.

Año 1995. El Señor de la Salud en la capilla universitaria.

En la Semana Santa del año 2000, la lluvia va a sorprender a la hermandad de la Paz cuando discurre cercana a la calle San Fernando. El fuerte aguacero motiva que tenga que refugiarse en el vestíbulo del Rectorado de la Universidad, siendo atendidos por miembros de nuestra Hermandad. Esta misma circunstancia va a repetirse en el año 2003, año que será recordado porque la incesante lluvia caída sobre la ciudad va a imposibilitar la salida de todas las cofradías del Domingo, Lunes y Martes Santo, siendo la primera y la única de los tres días en alcanzar la Catedral y realizar su estación de penitencia, la del Dulce Nombre. El Domingo de Ramos, la hermandad de la Paz se ve, de nuevo, en la necesidad de buscar refugio en el Rectorado al verse sorprendida por la lluvia, siéndole ofrecida toda la ayuda posible por los miembros de la junta de gobierno de la Hermandad, desplazados expresamente al conocerse la noticia. En el boletín nº 38 de la hermandad del Porvenir apareció publicado, junto a una fotografía de ambos hermanos mayores, el siguiente texto:

Desde estas páginas no tenemos más que agradecer a la Hermandad de los Estudiantes, el trato dispensado durante la estancia de la Hermandad de la Paz en las dependencias universitarias. Nos abrieron sus puertas y su corazón, nos dieron todo lo suyo, organizaron sillas para los nazarenos que se situaron en los patios interiores. Todo amabilidad, todo ayuda, todo comprensión. Gracias a los Estudiantes, gracias de todo corazón, por abrirnos no sólo vuestras puertas, sino vuestro corazón”.

Año 2003. Distintos momentos de la estancia de la hermandad de la Paz en la Universidad.

La misma circunstancia va a producirse el Lunes Santo de ese mismo año 2003, cuando la hermandad de Santa Genoveva, discurriendo en ese momento por la calle San Fernando, se ve igualmente sorprendida por una fuerte lluvia, abriéndosele las puertas del Rectorado para conseguir cobijo en su interior. La querida hermandad de Jesús Cautivo y Nuestra Señora de las Mercedes, radicada en la parroquia de Santa Genoveva, no ha sido la única vez que se ha visto obligada a buscar refugio en la Universidad.

Año 2003. La hermandad de Santa Genoveva, en el vestíbulo del Rectorado.

No será la última ocasión en que la lluvia sorprenda a otra hermandad. En la imagen posterior podemos apreciar el palio de la Virgen de los Dolores de la hermandad del Cerro del Águila, que se vio obligada a entrar en la Universidad al verse sorprendida por la lluvia el Martes Santo del año 2016.

Año 2016. La Virgen de los Dolores en la Universidad.

(Esta entrada de la sección de ‘El Retrovisor’ ha sido elaborada por N.H.D. Antonio Gutiérrez de la Peña)

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies