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Rafael Medina pone la lupa a los estatutos del Consejo en la conferencia inaugural del curso

Los vigentes estatutos del Consejo de Cofradías, aprobados en mayo de 2013, «consagran una institución intervencionista, de control y supervisión de las hermandades, con poder coercitivo, en el que las hermandades se limitan una vez al año a aprobar su actuación y cuentas y cada cuatro años a votar una candidatura cerrada en cuya confección no tienen participación alguna«.

Es la opinión del ex hermano mayor de la Estrella, Rafael Medina Cabral, invitado por la hermandad a pronunciar este martes 1 de octubre la conferencia inaugural del curso 2019/2020.  En su ilustrativa intervención, titulada “Análisis de los vigentes estatutos del Consejo General de Hermandades y Cofradías”, el también Medalla de Oro de la hermandad de La Estrella repasó las novedades que contiene el nuevo texto normativo y las «singularidades o particularidades» que, a su juicio, envolvieron el proceso de renovación, caso la ampliación hasta 21 miembros de la comisión encargada de elaborar el proyecto -cuando lo estipulado eran 12 personas- , la remisión del anteproyecto al Arzobispado para su revisión antes que a las propias hermandades o la extraña decisión de negar la intervención en la asamblea a las hermandades que no hubieran presentado enmiendas al proyecto.

Medina se refirió a la «sumisión» demostrada por los padres de los estatutos al incluir en su articulado todas las recomendaciones planteadas por la autoridad eclesiástica en el preámbulo. Aseguró que el nuevo texto aprobado en 2013 «faculta al Consejo de un grado de intervención en las hermandades que antes no tenía» y se mostró extrañado de que los representantes de las hermandades de la comisión redactora aceptaran auto imponerse un régimen disciplinario que contempla sanciones como la retirada total o parcial de la subvención. Para el ex hermano mayor de la Estrella, quizás la gran «equivocación» de los nuevos estatutos son las listas cerradas para la elección de la junta superior, algo que va en contra de la «autonomía» de las hermandades. «El delegado ya no representa a las hermandades del día; representa al Consejo en el día».

La obligatoriedad de las hermandades de contribuir al Fondo Común Diocesano y la fijación de un porcentaje económico para las hermandades de Gloria y Sacramentales son otras de las novedades de unos estatutos que, en opinión del conferenciante, «han limitado la autonomía de las hermandades». «Soy partidario de un Consejo que decida; prefiero que sea el Consejo y no la autoridad eclesiástica, pero no con estos estatutos, sino de forma más colegiada», concluyó Medina.

 

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