Fracasados los intentos por hacer llegar a la Hermandad una imagen de la Santísima Virgen, hasta el año 1930 no constan nuevas gestiones en ese sentido. Lo que sí es patente, tras el estudio de las actas de los Cabildos de aquella época, es que existían opiniones contrapuestas a la llegada de una imagen de la Virgen.
Efectivamente, en el Cabildo General Ordinario celebrado el 30 de marzo de 1930, el Sr. Ruiz del Portal puso de manifiesto que, a pesar de haber transcurrido casi dos años desde el nombramiento de la comisión a tal efecto, no se había avanzado nada sobre el particular “siendo ya hora de que la Hermandad tenga la Virgen que en su Título reza…”. En sentido opuesto se van a posicionar los Sres. Adrianssen y Rodríguez Cueto al creer que la característica de la Hermandad precisamente está en no llevar más que el “paso” del Santísimo Cristo, añadiéndose que sería una ilusión el no pensar en un “paso” para la Virgen “…porque enseguida vendrían los vehementes que quisieran sacar el paso de la Virgen y, lo que es peor, quien quisiera que por lo pronto saliera en el paso del Santísimo Cristo cosa que no se debe tolerar”.
A pesar de esta disparidad de criterios, las gestiones en busca de una imagen de la Santísima Virgen continuaron puesto que en el mes de junio de ese mismo año 1930, el prioste Sancho Corbacho informa de las mantenidas con el escultor Antonio Bidón Villar para la ejecución gratuita de una imagen, presentando un boceto que es admitido por los hermanos y que desgraciadamente no se conserva en la Hermandad.
El mismo 29 de junio se firma un contrato con el escultor, redactado en pergamino, letras góticas y estilo siglo XVII, en el que, resumidamente, “Antonio Bidón Villar, escultor vecino de esta ciudad de Sevilla en la collación de San Esteban en la calle que llaman del Vidrio número once…” se obliga a hacer, dar y entregar a la Hermandad “…un rostro y manos de tristeza de Nuestra Señora de madera de cedro en madera todo ello de tamaño natural poco más o menos… y todo ello he de darlo hecho y acabado en toda perfección a mi costa… y a (sic) de estar un poco elevada la mirada al cielo como contemplando el cuerpo de su Sagrado Hijo… sin que por ello esté obligada (la Hermandad) a satisfacerme cantidad alguna. Hecha la carta en Sevilla en veintinueve días del mes de junio de mil novecientos treinta”.
A finales de 1930, concretamente en el mes de diciembre, la imagen de la Virgen se encuentra terminada y es trasladada al domicilio del mayordomo Sr. Mejías Álvarez comunicándose tal circunstancia a los hermanos para que pueda ser contemplada por estos antes del Cabildo General Extraordinario en el que se decida su aceptación. En documentos al efecto que se conservan se pueden observar los comentarios efectuados por los hermanos junto a las firmas de cada uno.
El Cabildo se celebró el 21 de diciembre aceptándose definitivamente el ofrecimiento hecho por el escultor Antonio Bidón Villar, a propuesta del Hermano Mayor, “por ser la más perfecta de las Vírgenes modernas”, según sus propias palabras. En el mismo Cabildo, Antonio Bidón fue nombrado Hermano de Honor de la Corporación. Inmediatamente le sería encargada la confección de dos mantos y dos sayas, según contrato efectuado con el bordador José Caro, estipulándose en la suma de 3.050 pesetas, garantizando estas condiciones de pago el Mayordomo 2º Sr. Mejías Álvarez, tal como se recoge en el documento siguiente.
La bendición de la Sagrada Imagen tiene lugar el 8 de marzo de 1931 por el Arzobispo D. Eustaquio Ilundáin, invitándose al acto a todas las Hermandades sevillanas, teniendo lugar el 27 de marzo, Viernes de Dolores, la primera Misa ante la Santísima Virgen de la Angustia. Según la tradición oral, parece ser que Antonio Bidón reprodujo en la imagen las facciones de su esposa, que era ciega, presentando además una fisonomía de una mujer no demasiado joven.
Años más tarde, tras su sustitución por la Virgen de Astorga, la Dolorosa de Bidón sería cedida por la Hermandad, aunque no consta en acta ni en documento alguno dicha cesión, al Padre Bernabé Ruiz, natural de la localidad de Bezana (Burgos), cuya Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús había quedado sin imágenes tras la guerra civil; en la nave central de dicha Parroquia, en su lado izquierdo, se encuentra en la actualidad, muy deteriorada, bajo la advocación de Virgen de los Dolores.
(Esta entrada de la sección de ‘El Retrovisor’ ha sido elaborada por N.H.D. Antonio Gutiérrez de la Peña)
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