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La nueva junta de gobierno tomó posesión de sus cargos

La Capilla de la Universidad ha acogido este martes 6 de octubre la misa de hermandad en cuyo transcurso han jurado sus cargos los miembros de la nueva junta de gobierno elegida en el cabildo general de elecciones del pasado 22 de septiembre, que encabeza como hermano mayor N.H.D. Jesús Resa.

Presidida por el director espiritual de nuestra corporación, Pablo Guija, la eucaristía ha contado con  la presencia del rector de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA), José Ignacio García Pérez, y de la vicerrectora de Relaciones Institucionales de la Universidad de Sevilla, Elena Cano Bazaga. Asimismo, han participado de esta celebración eucarística el delegado del Martes Santo en el Consejo, Daniel Perera, el hermano mayor de Santa Genoveva, José Enrique González Eulate, y el consiliario de la Macarena, Manuel Bello, corporaciones ambas con las que mantenemos una relación de hermanamiento.

Debido a las actuales prescripciones sanitarias, el acto de jura de reglas de los nuevos miembros de la junta de gobierno se desarrolló prescindiendo de la imposición de las medallas y del beso en el Libro de las Reglas. Uno a uno, fueron jurando sus cargos ante el Cristo de la Buena Muerte, los siguientes oficiales:

Hermanos mayor                                                                               Jesús Resa Rodríguez

Teniente Hermano Mayor                                                 Antonio M. Gil Serrano

Consiliario 1º                                                                                 Antonio Gutiérrez de la Peña

Consiliario 2º                                                                                Ricardo Mena Bernal Escobar

Consiliario 3º                                                                                Juan Guerrero Pérez

Consiliario 4º                                                                                Manuel Cantelar Yáñez

Mayordomo 1º                                                                             Juan Ramón Mora Rodríguez

Mayordomo 2º                                                                            Antonio Chacón Atienza

Secretario 1º                                                                                 José Julio Salado Illanes

Secretario 2º                                                                                 José Antonio Leal Membrives

Fiscal                                                                                               Vicente Jiménez Filpo

Censor                                                                                             Ramón Gutiérrez de la Peña

Prioste 1º                                                                                       David Ávila Díaz

Prioste 2º                                                                                       Pedro Salado Álvarez

Diputado Mayor de Gobierno                                                Ginés García Rodríguez

Diputado Juventud                                                                     Félix Sánchez-Laulhé Gilart

Diputado de Culto y Formación                                              Andrés Jerez Arriaga

Diputado Actividades Universitarias                                     Marta Martínez Gutiérrez

Archivero                                                                                       Antonio Talegón Meléndez

Diputado Acción Social                                                              José Antonio de Paz Crespo

Previamente a la jura de los cargos, el director espiritual, Pablo Guija, emplazó durante su homilía a los nuevos oficiales a «trabajar»  en esta situación «complicada» para seguir haciendo crecer la hermandad. «El Señor os ha escogido en esta situación particular, no simplemente para que estéis, sino para que trabajéis y sigáis haciendo crecer la Hermandad».

Por su interés, reproducimos a continuación la homilía completa de nuestro director espiritual:

HOMILÍA TOMA DE POSESIÓN NUEVA JUNTA DE GOBIERNO

“Guíanos, Señor, por el camino eterno” (Sal 138). Una nueva junta de gobierno toma posesión durante la eucaristía de hoy. Y lo hacéis en medio de una situación especial, en un ambiente de incertidumbre en lo que respecta a las salidas procesionales de la próxima Semana Santa. Pero, ¿es que acaso una Hermandad es sólo su estación de penitencia? ¿Es que acaso alguien considera que el futuro de la Corporación dependerá de un virus? No. Rotundamente no. Como recoge el CIC en su canon 298, las hermandades son asociaciones públicas de fieles de la Iglesia Católica. Pero, ¿fieles a qué o a quién? A Jesucristo, sin lugar a dudas.

Indicaba don Juan José, el arzobispo, en su carta de inicio del curso pastoral que: en esta coyuntura henchida de desesperanza, teniendo como base la dimensión social del Evangelio, la opción por los pobres, debemos ser hombres y mujeres de esperanza, sembradores de esperanza, confiando en Jesucristo. Y seguía: La Iglesia participa de la misma misión de Jesús. Y esa misión la ejerce por tres caminos, que no son paralelos ni independientes, sino que están llamados a encontrarse porque se implican mutuamente. La Iglesia cumple la misión de Jesús proclamando la Palabra y testimoniando cuanto cree y espera (martyría), celebrando los sacramentos (leitourgía) y ejerciendo la caridad (diakonía). Estas tres acciones son inseparables. Estas tres acciones son semejantes al trípode sobre el que se sostiene la finalidad de una hermandad: culto público (martyría), evangelización-formación (que favorece la participación activa y consciente en los sacramentos – leitourgía) y acción social (servicio – diakonía). Precisamente los carismas que encarnan las hermanas Marta y María en el evangelio nos sugieren estas tres maneras de rendir culto a Dios. Ambas profesan públicamente su amor a Jesús al recibirlo en su casa; María escucha al Maestro y se forma; Marta sirve y atiende las necesidades de los demás. Y, entonces, llega el reproche de Jesús a Marta. No porque fuera más importante lo que hacía María que su hermana, sino porque Marta tenía la oportunidad de servir al Señor y lo vivió como una carga, con “fastidio”. Jesús ensalza a María porque lo que hace, lo hace movida por el amor. Así nosotros: tenemos la oportunidad de servir al Señor, la obligación moral de compartir luz y esperanza. Como ha afirmado en varias ocasiones el papa Francisco: “Dios siempre es gratis”. Por eso, hay que compartir la fe con gratuidad, porque eso significa compartir alegría, serenidad, templanza, confianza.

De hecho, al hablar de compartir en su encíclica Fratelli Tutti, el papa Francisco en el capítulo 2º nos interpela y pregunta: ¿quién es tu prójimo? En la parábola es el samaritano quien se acerca al herido para hacerse su prójimo. No tenemos que esperar a que nos demanden ayuda, sino adelantarnos para salir al encuentro de los demás, de los que son miembros de la corporación y de los que no, pues todos somos hermanos, en palabras de san Francisco de Asís. Es la llamada de Jesús a reconocernos hermanos unos de otros (Mt 23,8). De ahí que, en el capítulo 6 nos invite a integrar a todos. Una hermandad tiene que ser integradora, no excluyente. No un club elitista, sino una familia de fieles.

Queridos hermanos de los estudiantes, querida junta de gobierno que hoy os estrenáis, tenéis ante vosotros un reto: vivir y compartir la fe y la devoción en nuestros Sagrados Titulares. No buscar excusas para hacerlo apocadamente o con reparos. Es cierto que la situación es complicada pero, no en vano, estamos celebrando el 4º centenario de la imagen del Santísimo Cristo de la Buena Muerte, lo que quiere decir que otros hermanos antes que nosotros tuvieron que hacer frente a la gran peste de 1649 (murieron 60.000 personas, el 46% de la población); al brote de cólera de 1854-56; a la gripe española de 1918; a la guerra civil del 36 y a otras tantas desgracias. Y si la Hermandad ha llegado a nuestros días es porque en los momentos de dificultad, buscaron el auxilio del Señor, y se confiaron a Él.

Por tanto, recordad las palabras del precioso salmo 138: el Señor nos conoce, sabe de nuestra debilidad y pobreza. Y, pese a todo, nos ha escogido en esta circunstancia. No perdamos la visión sobrenatural. Recordad lo que escribía san Pablo, que nos invita a confiar en el Señor: “Aquél que me escogió desde el seno de mi madre y me llamó a su gracia, se dignó revelar a su hijo en mí, para que yo lo anunciara” (Gal 1,17). Los hermanos han depositado su confianza en vosotros, pero sobre todo contáis con la gracia de Dios que os auxilia para desempeñar vuestros respectivos servicios y, si lo tenéis presente y en medio, podréis desarrollarlos para mayor gloria de Dios y de su santísima Madre. Sin perdernos en el misterio de Dios, es necesario que caigáis en la cuenta de que el Señor os ha escogido en esta situación particular, no simplemente para que estéis, sino para que trabajéis y sigáis haciendo crecer la Hermandad. Él confía en vosotros. Perfundet omnia lucet. Todo brilla con su luz, por lo que no hay espacio para las sombras, ni para las dudas, ni para la mediocridad, ni para el miedo.

Y, si la situación os sobrepasa, recordad que el Señor nos sondea y conoce nuestra debilidad y, por eso, nos ha regalado a su Madre, en la advocación de la Angustia, para que vele por nosotros. Escoged aferraros con firmeza a su mano. Escoged buscar refugio en su regazo. Escoged vivir como Ella, la humilde sierva del Señor. Escoged hacer siempre lo que su Hijo os diga y dejad que se haga en vosotros según su Palabra. Esa es la mejor parte y, si la escogéis, nada ni nadie os la podrá quitar.

 

 

 

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