El XXV aniversario de la fundación

El año 1949 la Hermandad va a conmemorar el XXV aniversario de su erección canónica para lo cual, en el mes de enero se nombrará una comisión, presidida por el Hermano Mayor D. Ángel Camacho Baños, que será la encargada de preparar los actos que se programen.

Estos actos, recogidos en un maravilloso libreto, serán comunicados a todos los hermanos en particular mediante una carta dirigida y firmada por toda la Junta de Gobierno, y a toda Sevilla en general mediante la colocación de pasquines por toda la ciudad.

Los actos del aniversario se iniciaron con la celebración de un Triduo a los Titulares en los días 17, 18 y 19 de noviembre de 1949, en los que ocupó la sagrada cátedra el Director Espiritual Padre Bernabé Ruiz García. El Padre Bernabé, durante muchos años, dirigió espiritualmente la Hermandad, y por sus continuos desvelos con la misma, fue objeto de un reconocimiento haciéndosele entrega de un lienzo de la Santísima Virgen de la Angustia, obra del pintor Chiappi. Dejaría de ejercer la dirección espiritual de la Hermandad a mitad del año 1958 y expresaría su agradecimiento por el homenaje que le fuera tributado con motivo de su marcha a Madrid, y posteriormente a Santander. Aunque no consta en acta ni documento alguno, al Padre Bernabé le fue cedida la antigua Dolorosa de Bidón, para su traslado a la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús en la localidad de Bezana (Burgos), parroquia en la que habían sido destruidas sus imágenes en la guerra civil, y donde se encuentra en la actualidad, muy deteriorada.

En las mañanas de los referidos días del Tríduo, se celebraron solemnes misas en sufragio por los hermanos fundadores, hermanos fallecidos y hermanos caídos en la guerra civil. El colofón de estos cultos fue la Misa de Comunión General, en la que se distribuyeron más de ochocientas formas sagradas por el celebrante Rvdo. D. Francisco de la Hoz Cavielles, Rector del templo universitario de la Anunciación.

A las once de la mañana del domingo día 20 de noviembre, tuvo lugar la Santa Misa de Medio Pontifical, celebrada por el Emmo. y Rvdmo. Sr. Dr. D. Pedro Segura y Sáenz, Cardenal-Arzobispo de Sevilla, ministrado por los Capitulares del Cabildo Catedral, actuando de maestro de ceremonias D. Jerónimo Marco Mir, cantándose la Misa del Maestro Lorenzo Perosi, interviniendo el tenor Sr. Villalba y selecta capilla musical, y a la que asistieron numerosísimas representaciones de distintas hermandades y autoridades sevillanas. A la terminación de la Santa Misa tuvo lugar la bendición e imposición de las medallas conmemorativas y entrega del título de Hermano Fundador, a los trece hermanos fundadores presentes en el acto: Sres. Diánez Leal, Palomo Rodríguez (Luis), Mota Salado, Bago Quintanilla, Fernández de Pando (Jose María y Carlos), Palomo Rodríguez (Fco. De Borja), Bermúdez Plata, Camacho Baños, García y García, Mejías Álvarez, Olmedo Puig y Fernández de Villavicencio.

El mismo día se procedió a inaugurar y bendecir una lápida conmemorativa en la capilla anexa al templo en la que tuvo lugar el acto de la fundación de la Hermandad, lápida redactada por D. Francisco Collantes de Terán y Delorme, sobre mármol blanco y a base de letra capital, cuyo texto reza así: “El 17 de noviembre de 1924 se erigió canónicamente en este templo de la Anunciación de Nuestra Señora, Capilla de la Universidad, la Pontificia e Ilustrísima Hermandad y Archicofradía del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y María Santísima de la Angustia, en cuyo día celebró su primer Cabildo bajo la presidencia del Emmo. Y Rvdmo. Sr. D. Eustaquio Ilundain y Esteban, Cardenal Arzobispo de Sevilla, Hermano Mayor Honorario de ella. Con ocasión de celebrar solemnes fiestas conmemorativas del XXV Aniversario de la Fundación, la Junta de Oficiales de la Cofradía acordó colocar esta memoria – Año 1949”.

La lápida en cuestión aún se encuentra en la citada capilla que actualmente se utiliza como dependencias de la casa-hermandad del Valle, detrás de un armario en el primer sótano de la misma.

A las cuatro de la tarde del domingo 20 de noviembre, privadamente, fue descendida la imagen del Stmo. Cristo de la Buena Muerte para la celebración de un Vía Crucis por la plaza de la Encarnación. La plaza presentaba esa tarde un aspecto magnífico, con los balcones de las casas circundantes engalanados con tapices y colgaduras, e iluminados espléndidamente. En el centro de la misma se había instalado una tribuna y en ella, levantado un altar con seis candelabros y un severo crucifijo, colocándose alrededor de la plaza las correspondientes Cruces para el desarrollo del Vía Crucis, siendo colocada la Cruz procesional de la Hermandad, en la estación número XIII, reservándose la última estación para la Cruz instalada en el altar.

Numerosos hermanos con cirios se fueron colocando en las correspondientes cruces, siendo trasladado el Stmo. Cristo a hombros de otros, deteniéndose  delante de cada Cruz de la Estación correspondiente, mientras que el Canónigo Magistral Dr. D. Francisco Javier Alert y Solá dirigía el rezo.

La tarde fue desapacible y el frío intenso, por lo que el Sr. Cardenal hubo de aguardar en el interior del templo a la terminación del acto, y una vez colocado el Stmo. Cristo a los pies del Altar Mayor, se manifestó el Santísimo Sacramento, y después de efectuada la Bendición, reservado. Por el Prelado se dirigió a los presentes la Bendición Papal que directamente solicitara de S.S. Pío XII con motivo de esta conmemoración, finalizándose con ello los actos de la efeméride.

Con motivo de tales celebraciones fueron repartidos un total de ochocientos bonos-comida al Secretariado Diocesano de Caridad, costeándose además tres becas, una para el Seminario, otra con destino a un alumno universitario y otra para un título de la Universidad. Como acto final de convivencia, la Hermandad se reunió en un almuerzo de confraternización en casa Batista, a 75 pesetas el cubierto. La celebración de tales cultos arrojó unos ingresos de 3.003,10 pts., mientras que los gastos ascendieron a 37.367,26 pts., resultando por tanto un déficit de 34.364,16 pts.

A fin de dejar constancia o recuerdo de tal efeméride, unos años más tarde se procedió a la colocación de un retablo de cerámica del Stmo. Cristo en el muro del templo universitario con fachada a la plaza de la Encarnación, del que ya hemos hablado con antelación (véase “El Retablo de la Anunciación”).

Los actos conmemorativos del aniversario fundacional tuvieron amplio eco en las páginas de la prensa sevillana, como en ésta de la Hoja del Lunes del día 21 de noviembre de 1949.

(Esta entrada de la sección de ‘El Retrovisor’ ha sido elaborada por N.H.D. Antonio Gutiérrez de la Peña)