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El Retrovisor

De las relaciones con… El Silencio

Otra de las corporaciones de penitencia sevillanas con las que la Hermandad ha mantenido estrechas relaciones lo fue la hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de la Concepción, la hermandad de la madrugada conocida por la del Silencio.

El inicio de esta vinculación especial tiene lugar allá por el año 1963, cuando el 11 de marzo, el entonces Hermano Mayor D. Salvador Diánez recibe la llamada y posterior visita de su homólogo de la hermandad del Silencio, quien le transmite la intención de  trasladarse a la iglesia de la Anunciación ante el estado ruinoso de San Antonio Abad y hasta tanto duren las obras a realizar, habiendo ya recibido el plácet del Rector de la Universidad Sr. Hernández Díaz. Ante tal situación el Sr. Diánez Leal convoca urgentemente Cabildo de Oficiales, que se va a celebrar al siguiente día 12 de marzo, haciendo llegar a los miembros del mismo aquella solicitud, acordándose por unanimidad el ofrecimiento del templo de manera incondicional.

Acta del Cabildo celebrado el 12 de marzo de 1963.

En el acta del Cabildo General Ordinario celebrado el 23 de junio de 1963, donde se recoge la Memoria anual correspondiente a dicho año, se cita textualmente que “Un acontecimiento ha tenido lugar en este ejercicio de forma especial que queremos hacer constar en esta Memoria, al efecto de su aprobación por el Cabildo, cual es el que la Hermandad conocida por la del Silencio y reconocida como Madre y Maestra de las de Sevilla, se vio en la urgente necesidad de abandonar su capilla de San Antonio Abad por el estado ruinoso de la misma, acudiendo a nuestra Hermandad en solicitud de que se le permitiese establecerse en nuestra Capilla durante el tiempo que llevase las obras de reconstrucción de la suya, solicitud a la que se accedió, de una parte con sentimiento porque siempre es penoso para una Hermandad tener que abandonar su Capilla y nuestra Archicofradía hace suyos todos los sinsabores que padezcan los demás, y por otra parte con un gozo porque ello nos dará la ocasión de demostrar con hechos la realidad de la confraternidad que debe existir entre todas las Hermandades y de convivir con ella, haciéndole más llevadera esa pena que están viviendo de haber tenido que abandonar, siquiera provisionalmente, su propia casa; como consecuencia de ello el día 14 de marzo del corriente año y por nuestra Junta de Gobierno en pleno fueron recibidas e instaladas en nuestra Capilla, las Sagradas Imágenes de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de la Concepción. A partir de este momento conviven en íntima unión las dos Hermandades, no habiendo un acto de una o de otra en que no asistan ambas debidamente representadas, todo ello con una abrumadora y exquisita delicadeza por parte de nuestra invitada de honor, hasta el punto de que a solicitud de ella y reformados sus Estatutos que data de siglos y que le impedían asistir corporativamente a ningún acto público, con la excepción de la procesión del Corpus Christi, una representación de la misma acudió de nazareno el Martes Santo para acompañarnos en nuestra estación de penitencia, la cual no tuvo lugar por causa de la lluvia, y otra representación nuestra, también de nazarenos, presidida por el Hermano Mayor, Sr. Diánez Leal, acompañó a la del Silencio en su estación de penitencia en la madrugada del Viernes Santo”.

Traslado de las imágenes en la noche del 14 de marzo de 1963

Efectivamente, en la noche del 14 de marzo de 1963 tuvo lugar el traslado de las Sagradas Imágenes de la hermandad del Silencio al templo universitario. El cortejo fue encabezado por la Santa Cruz y dos largas filas de hermanos con cirio, incluyéndose representaciones de las hermandades del Gran Poder, Macarena, Calvario, Tres Caídas y los Gitanos, con sus respectivos Hermanos Mayores, seguida de las andas de Jesús Nazareno portada por sus hermanos, con túnica lisa morada, sin cruz y con las manos atadas; otra fila de hermanos siguió a continuación, hasta la presidencia con el Hermano Mayor del Silencio, Marqués de Villamarta, y junta de gobierno que antecedieron a las andas de la Santísima Virgen, mientras el Director Espiritual rezaba el rosario en voz alta siendo contestado por los fieles que seguían el cortejo. A las puertas de la Anunciación, éste fue recibido por la junta de gobierno de la Hermandad haciendo entrega de obsequios florales; al hacer su entrada, el órgano del templo comenzó a hacer sonar las Saetas procesionales identitarias de la hermandad del Silencio, mientras las imágenes fueron colocadas a los lados del altar mayor, rezándose un Credo y una Salve por todos los asistentes.

Altar de Quinario, con las imágenes de la hermandad del Silencio a ambos lados del altar mayor.

A partir de entonces y a lo largo de todo el año y el comienzo del siguiente, se iniciaron unos meses de convivencia entre ambas Hermandades, desde la asistencia a los cultos, hasta el trato y facilidades recibidas por parte de la Hermandad para la celebración de éstos, concluyéndose finalmente con la expresa invitación para que una representación del Silencio acompañara en la tarde del Martes Santo a la Hermandad, en su estación de penitencia, a lo que con reciprocidad, la hermandad del Silencio respondió con idéntica invitación para ser acompañados en la madrugada del Viernes Santo.

Lamentablemente tales deseos no pudieron cumplirse en su totalidad ya que la lluvia impidió la salida de la cofradía en la tarde del Martes Santo. No ocurrió lo mismo en la madrugada del 12 de abril, Viernes Santo, figurando la representación de la Hermandad –formada por Tomás de Aquino García y García, Francisco de A. Gómez García, Francisco Palomo Ruiz, Antonio Collantes de Terán Sánchez y Cándido Brieva Andrada-, flanqueando el Estandarte de la hermandad del Silencio; además el Rector Hernández Díaz junto al Hermano Mayor Diánez Leal, figuraron en la presidencia del paso de María Santísima de la Concepción.

Distintos momentos de la Semana Santa en la Anunciación, en 1963.

Cercano ya el tiempo de finalización de las obras en San Antonio Abad, la hermandad del Silencio envía una carta fechada en 18 de febrero de 1964, mediante la que solicitaban poder realizar una misa de Acción de Gracias al Santísimo Cristo de la Buena Muerte, petición que fue aceptada, convocando entonces ésta al culto, con sus característicos carteles, en donde se insertó el de las Sagradas Imágenes Titulares, celebración que tendría definitivamente lugar el 23 de febrero siendo presidida por el director espiritual de aquella hermandad D. José Sebastián y Bandarán, y según la convocatoria se realizó además con “carácter de público y explícito testimonio de agradecimiento y gratitud hacia la Pontificia e Ilustrísima Archicofradía del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y María Santísima de la Angustia, por la cordialísima acogida y constantes y señalados favores concedidos a esta Primitiva Hermandad de Nazarenos, durante el tiempo que ha radicado en la expresada Iglesia con motivo de la restauración de su templo”.

Casi un año después de la llegada, el 6 de marzo de 1964, las sagradas imágenes de la hermandad del Silencio regresarían a su templo una vez terminadas las obras; “…no llevaremos insignias de ninguna clase –reza la comunicación a tal efecto recibida-, ni se establecerá orden protocolario de ninguna especie, sino que acompañaremos todos con luces a Nuestro Padre Jesús Nazareno y a Su Madre Santísima en completa y fraterna unión”; a las once de la noche se iniciaría el traslado, rezándose previamente un Credo y una Salve por el director espiritual, siendo los miembros de la junta de gobierno de la Hermandad los encargados de sacar a hombros y en sus andas, las sagradas imágenes de la querida hermandad de la madrugada hasta el exterior del templo universitario. Desde entonces, la asistencia de ambas corporaciones a las Fiestas de Instituto de las mismas es tradicional año tras año.

Noticia aparecida en ABC del 7 de marzo de 1964, del traslado.

Ya en 1965, encontrándose ya la Hermandad en vísperas del traslado a la calle San Fernando, se va a producir un hecho de importancia que va a acelerar el mismo, y es la declaración de ruina parcial del templo de la Anunciación según informe del arquitecto D. Aurelio Gómez de Terneros que se hace llegar a la Hermandad, limitándose a partir de entonces el espacio utilizable del templo a la nave central, y acordándose la suspensión de los Divinos Oficios de Semana Santa y la limitación de fieles en la entrada y salida de la cofradía, llegando incluso a clausurarse totalmente, por lo que conocida dicha noticia por la hermandad del Silencio ésta se apresuró para ponerse a la entera disposición de la Hermandad para todo lo que fuera necesario, aunque finalmente y a la vista del informe técnico del arquitecto, la orden de clausura fue revocada y la Hermandad no tuvo que adoptar otras decisiones.

Cierre parcial del templo de la Anunciación en 1965.

La estancia de la hermandad del Silencio en el templo de la Anunciación fue objeto de conmemoración en sus distintos aniversarios. Así una representación de la Hermandad asistió, expresamente invitada, a la Fiesta Principal de Instituto de la hermandad del Silencio al cumplirse en 1988, el XXV aniversario de su acogida en la iglesia de la Anunciación, e igualmente, en el mes de marzo de 1990, a la Solemne Misa Pontifical conmemorativa del DCL aniversario fundacional de dicha hermandad celebrada en la iglesia de San Antonio Abad.

Finalmente y a propuesta de dicha hermandad, el 14 de marzo de 2014 va a tener lugar en su casa-hermandad una convivencia conjunta de ambas Hermandades para conmemorar el Cincuenta aniversario de la coincidencia de ellas en la iglesia de la Anunciación. El acto se celebra con una conferencia al alimón entre hermanos de ambas corporaciones, José Ignacio del Rey Tirado y Antonio Martín Macías.

Besamanos a María Santísima de la Angustia celebrado en el altar mayor en 1964, con las imágenes titulares de la hermandad del Silencio.

(Esta entrada de la sección de ‘El Retrovisor’ ha sido elaborada por N.H.D. Antonio Gutiérrez de la Peña)