Estimados hermanos:
A continuación reproducimos las cartas que tanto nuestro hermano mayor, Jesús Resa, como nuestro director espiritual, Andrés Pablo Guija, han querido dirigiros ante la coyuntura derivada de la declaración del estado de alarma por parte del Gobierno de España y de la adopción de nuevas medidas encaminadas a frenar la expansión de la pandemia y que afectan a las libertades de reunión y de circulación.
CARTA DEL HERMANO MAYOR
Sevilla a 1 de noviembre de 2020
Estimado Hermano/a
El pasado día 22 de octubre la Junta de Gobierno reunida en Cabildo de Oficiales decidió, ante la preocupante evolución de la pandemia que estamos sufriendo en esta segunda ola del Covid 19, limitar el acceso a la Casa de Hermandad y establecer un sistema de cita previa para resolver situaciones que sean urgentes y no puedan ser atendidas por vía telemática.
Esta dolorosa decisión está justificada en aras al sentido de responsabilidad que nos obliga y poniendo como primer objetivo la salud de todos, evitando reuniones y concentraciones de hermanos en nuestra Casa de Hermandad, no permitidas además por las ultimas restricciones en el ámbito civil.
Somos conscientes de que el no poder asistir físicamente a la Casa de Hermandad limita mucho la vida misma de nuestra Corporación. Es por ello que la intención de esta Junta de Gobierno, mientras dure esta limitación, es potenciar la participación on line de los hermanos a través de medios telemáticos. Esta participación telemática estará dirigida a los diferentes colectivos de hermanos, bien de forma grupal mediante reuniones a través de herramientas informáticas que lo permiten (Zoom, Google Meet..) o actividades de formación donde podremos conectarnos desde casa.
Por el momento, aunque de forma limitada por el aforo de la Capilla, nuestros cultos semanales podemos seguir celebrándolos. También y por la limitación de nuestra Capilla (solo pueden asistir 40 personas) la Junta de Gobierno ha decidido la difusión de los cultos por el Canal YouTube de la Corporación mediante la retransmisión por streaming. Aprovecho esta misiva para recordar a los asistentes a la Misa de Hermandad la petición de no permanecer en la Lonja de la Universidad una vez finalizada la eucaristía, un ruego que nos hacen encarecidamente desde los órganos de gobierno de la Universidad.
Os animo a seguir los canales de comunicación de la hermandad en RRSS, nuestra página Web y mensajería WhatsApp. Será a través de ellos donde con antelación suficiente os mantendremos informados de cualquier acto o retransmisión que se produzca. Para empezar, os anuncio el calendario de retransmisiones previstas para este mes de noviembre:
–Sábado 7 de noviembre, a partir de las 18.30 horas: Vigilia de oración de la XXIV Escuela de Otoño de Cáritas Diocesana con Exposición del Santísimo.
–Martes 10 de noviembre, a partir de las 20.30 horas: Misa de Hermandad aplicada por los hermanos difuntos.
–Sábado 14 de noviembre, a partir de las 20.30h: Meditación ante el Cristo de la Buena Muerte en el marco del acto extraordinario de veneración a nuestro titular con motivo del cuarto centenario de su hechura. La meditación correrá a cargo de Federico Martínez-James, pregonero universitario de 2020.
–Martes 17 de noviembre, a partir de las 20.30 horas: Misa de hermandad conmemorativa de la Fundación de la Hermandad, presidida por NHD. Juan del Río Martín, Arzobispo Castrense de España, acompañado de nuestros hermanos que han sido directores espirituales de la Corporación.
Aprovecho estas palabras para trasladaros que tanto la Junta de Gobierno como yo personalmente estamos a vuestra entera disposición, no dudéis en contactar ante cualquier problema o necesidad que sufráis y dentro de las posibilidades de la Hermandad intentaremos aliviarlas o solucionarlas.
Como Hermano Mayor os tengo en mis oraciones, rezo a nuestro Cristo para que esta endemoniada pandemia, que tanto daño sanitario, social y económico está ocasionando y cuyos efectos apenas han comenzado a sentirse, pase rápido y le pido a la Virgen de la Angustia que nos proteja bajo su Manto.
Recibe mi abrazo más cercano.
Jesús Resa Rodríguez
Hermano Mayor
CARTA DEL DIRECTOR ESPIRITUAL
Sevilla, 26 de octubre de 2020
Querida familia,
A tenor de la carta que nos dirige Jesús, nuestro hermano mayor, también yo quería humildemente escribiros unas letras sobre la virtud teologal de la esperanza, que tan precisa es en estos momentos.
En medio de esta situación, según la tradición que hemos recibido de nuestros padres, volvemos nuestros ojos al Señor de la Buena Muerte y a su Madre, la Virgen de la Angustia, en busca de consuelo y amparo. Muchos se cierran a Dios porque consideran que es una proyección de nuestros deseos y anhelos de sentido, pero no es la esperanza o el deseo el que “crea” a Dios, sino que es Dios quien modula nuestros deseos y suscita nuestra esperanza. La cual, como definía el dominico Gelabert Ballester en su manual Para encontrar a Dios: “es una realidad humana, una dimensión antropológica fundamental, pues en todo ser humano hay una espera de seguir viviendo y un deseo de vivir mejor. El ser humano espera siempre, la esperanza es constitutiva de su ser”. No podemos simplemente no esperar, porque somos seres temporales, seres de deseos y seres que se preguntan.
De hecho, nosotros, como cristianos y miembros de esta corporación, no nos limitamos a esperar. La espera es pasiva. Nosotros, en cambio, cultivamos la virtud teologal de la esperanza, que es activa y consciente y que implica un compromiso personal. Como dice san Pablo: “En medio de la tribulación, la esperanza no falla” (Rom 5, 3-5). Ejemplos de esto lo encontramos en diversos personajes de la Sagrada Escritura, como Abrahán, “que esperó contra toda esperanza” (Rom 4,8) o la Virgen María, que “guardaba todas estas cosas, y las meditaba en su corazón” (Lc 2,19), que nos sirven de inspiración y modelo. Así, la esperanza evangélica afirma la certeza de la victoria de Dios sobre el pecado en el corazón del hombre, sobre la injusticia en las relaciones sociales, y sobre la muerte que amenaza a todo hombre.
Pero no simplemente quiero teorizar sobre esta virtud, sino animaros a concretarla en vuestro contexto vital. Para ello, os recuerdo que hay dos mediaciones en las que se anticipa la esperanza: la oración y el trabajo por la construcción del Reino. “Pedid y se os dará” nos decía Jesús (Mt 7,7). Como recogía santo Tomás, “la oración es el medio conveniente que el hombre ha recibido para alcanzar de Dios lo que desea” (Compendio de Teología, 2ª parte, cap.2). Pero, debemos tener en cuenta por un lado que, del mismo modo que la esperanza es incompatible con la pasividad, la oración también lo es. Si la oración no compromete toda nuestra vida en el esfuerzo constante por conseguir aquello que pedimos, y esperamos pasivamente que Dios lo haga por nosotros, convertimos a Dios en el criado, olvidando que es el Señor. Y por otro, que la esperanza cristiana no se limita a mostrar sus efectos únicamente después de la muerte, sino que estimula al hombre para que se involucre en la preocupación por el recto orden del mundo.
Por ello, querida familia, estamos llamados a cultivar la esperanza mediante el compromiso activo con el resto de hermanos. Contamos con múltiples medios para ayudarnos unos a otros a paliar la soledad o la angustia o incluso las necesidades materiales que puedan surgir. Debemos ser sembradores de esperanza en el corazón de los demás.
Concluyo esta carta con unas palabras de Ratzinger en un artículo que publicó en 1984 titulado Sobre la esperanza que afirma así: “La esperanza deja de ser de este modo mero anhelo para ser persona: Jesucristo, respuesta personal y concreta, real y plena, a cuanto la vida desde sus entrañas reclama.”
Que el Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Nuestra Señora de la Angustia os concedan vivir estos momentos en fraternidad y desde la esperanza.
Me sumo a la disponibilidad que os muestra nuestro hermano mayor. Recibid un caluroso abrazo en Cristo resucitado, esperanza nuestra.
Pablo Guija
Director espiritual