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El Retrovisor

Las otras imágenes de la Virgen (1ª parte)

Desde su fundación, la Hermandad contaba en su título con la advocación mariana de la Santísima Virgen de la Angustia, aunque inicialmente no contara con ninguna imagen de la Virgen a la que rendir culto.

Es por ello por lo que desde un principio, se siente la necesidad de contar con una imagen de la Santísima Virgen que venga a cubrir el hueco existente; tanto es así que en el primer Cabildo celebrado tras el fundacional, que tiene lugar el 26 de noviembre de 1924, como séptimo punto del orden del día se acuerda “la compra de la Imagen de la Virgen, designándose una comisión al efecto.  Y en el siguiente Cabildo, celebrado el 20 de enero de 1925, la comisión da cuenta de las gestiones que se vienen realizando con la hermandad de la Quinta Angustia para la adquisición de una imagen de la Santísima Virgen que posee dicha hermandad del Jueves Santo, fijándose incluso un precio para dicha transacción que quedó concretado en dos mil pesetas, acordándose solicitar la entrega de la referida imagen previo abono de la mitad de su precio estipulado y la firma de un pagaré por tiempo ilimitado. Desconocemos qué pudo ocurrir para que dicha transacción no cristalizara porque ninguna referencia existe con posterioridad a ello, siendo probable que tales condiciones no fueran aceptadas por la hermandad de la Quinta Angustia, o que la imagen no fuera totalmente del agrado de la Junta de Gobierno.

Acta del Cabildo de 20 de enero de 1925.

Aunque en las distintas actas no se concreta la imagen de la Virgen en cuestión, ésta debe referirse a una Dolorosa que en 1592 regalara Juan Martínez Montañés al ingresar junto a su esposa Ana de Villegas, como hermanos. Esta noticia la facilita Félix González de León, hermano de la cofradía, que vio y transcribió el texto del Libro primero de entradas de la hermandad del Dulce Nombre, fusionada luego con la de la Quinta Angustia, en su folio 115: “Juan Martínez Montañés, escultor, vecino de esta ciudad, en la Collación de San Lorenzo, en la calle de los Tiros, entró por nuestro hermano de luz, juntamente con Ana Villegas, su mujer, en 11 de octubre de 1592. Tiene rematado por toda su vida, por lo que no se le ha de pedir cosa alguna por haber dado graciosamente a la cofradía la imagen de nuestra Señora, de talla, de tristeza”.

Imagen de la Virgen de Martínez Montañés, en la actualidad.

Esta antigua imagen llamada de la Encarnación fue muy venerada en la hermandad y admirada por los historiadores de las cofradías. Se sabe que durante los siglos XVII y XVIII procesionaba bajo palio de seis y doce varas de plata, al igual que el Niño Jesús, que lo hizo con uno de seis en la primera mitad del XVII. Siempre estuvo como Dolorosa en la capilla de la hermandad, hasta la fusión con la de la Quinta Angustia en 1851, año en que se empieza a venerar como una imagen de Gloria. Estuvo al culto en la capilla de la hermandad hasta 1917 y en la actualidad se ubica su busto (70 cm. de altura), incluidas las manos, en una vitrina de la casa de hermandad.

Busto de la Virgen tal como se conserva en la hermandad de la Quinta Angustia.

La imagen actual que se venera bajo la advocación de Encarnación, se encuentra muy retocada y se nos muestra cubierta con telas encoladas. Tanto González de León como Bermejo la toman como la realizada por Martínez Montañés. Hernández Díaz se pregunta si realmente ésta sería la imagen que talló Martínez Montañés, anotando que el rostro está muy restaurado, a la vez que destaca la calidad de factura de su mano izquierda.

Hasta 1927 no volverá a abordarse el tema de la adquisición de la imagen de la Virgen, siendo en el Cabildo de 20 de marzo cuando se da cuenta de la propuesta recibida de una persona, para donar una imagen de la Virgen con la sola condición de que se le dé culto. Las gestiones vienen a fructificar a finales de ese año, cuando mediante documento fechado el 28 de noviembre, se acepta la donación realizada por D. José Cayuela Carrasco, de “(…) una imagen de la Virgen Santísima en su Misterio Doloroso (…)”, de las de candelero o de vestir, con una altura de ciento cinco centímetros. La única referencia que se hace a su procedencia aparece en el escrito de donación, donde se concreta que se trata de una imagen “(…) de mi exclusiva propiedad por habérsela comprado a la Señora Doña (…)”, sin que figure el nombre.

Documento de donación de la Virgen por el Sr. Cayuela.

Tal imagen de la Virgen sin embargo no llegaría a calar entre los hermanos, como lo demuestra que en el orden del día del Cabildo de Oficiales de 27 de mayo de 1928, figura como punto a tratar “la adquisición de una Imagen de la Santísima Virgen y destino de la que actualmente posee la Hermandad”, adoptándose el acuerdo de designar a los Sres. De Casso, López de Rueda, García y García, Mejías Alvarez, Ruiz del Portal y Gámiz Infantes “(…) para que, reunidos en comisión, realicen las indagaciones oportunas para dicha adquisición, y al mismo tiempo, para que la Imagen pequeña pase a propiedad de otra persona o Corporación que le rinda culto (…)”. A pesar de ello, la imagen donada por el Sr. Cayuela aún pertenece a la Hermandad, aunque no recibe culto.

La imagen de la Virgen tal como se conserva en la Hermandad.

(Continuará…)

(Esta entrada de la sección de ‘El Retrovisor’ ha sido elaborada por N.H.D. Antonio Gutiérrez de la Peña)

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