El tradicional Vía Crucis que nuestra Hermandad celebra cada Miércoles de Ceniza como arranque a la Cuaresma ha tenido este año un carácter especial. La música de una de las bandas más consagradas de nuestra Semana Santa y la palabra del estudiante de la Universidad de Sevilla Antonio Alcocer Díaz, ganador de varios premios literarios, se han dado la mano en este acto piadoso que por primera vez sale de la Capilla Universitaria para celebrarse en un marco singular.
Así, dentro de los actos de nuestro Centenario fundacional (1924-2024), el 14 de febrero la fachada principal del edificio del Rectorado de la Universidad ha sido escenario de un concierto de música de Semana Santa muy singular a cargo de la banda de cornetas y tambores de Nuestra Señora de la Victoria (las Cigarreras).
A través de una escogida selección del amplio repertorio de marchas procesionales de las Cigarreras acompañamos a Jesús en su Pasión y Muerte, en sus horas finales, repasando las catorce estaciones del Vía Crucis, desde que el Redentor fue condenado a muerte hasta su sepultura. Un total de nueve marchas ayudaron a engarzar las meditaciones sobre la Pasión del Señor durante su recorrido por la calle de la Amargura hasta el monte Calvario para su crucifixión y posterior sepultura. En este recorrido musical no faltaron marchas tan clásicas como Pasión, Muerte y Resurrección, de Francisco Javier González Ríos, o Requiem, del recordado Bienvenido Puelles Oliver.
Las meditaciones del Vía Crucis han sido compuestas para la ocasión por el estudiante de tercer curso Historia de la Universidad de Sevilla, Antonio Alcocer Díaz. Nacido en 2003 en Hinojos, el meditador es hermano de la Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad de esta localidad, en la que actualmente es presidente del Grupo Joven, y en 2023 pronunció el pregón de Semana Santa de este municipio onubense.
El Vía Crucis solemnizado por la banda de cornetas y tambores de las Cigarreras se celebró en la Lonja de la Universidad de Sevilla, delante de la fachada de la Puerta del Rectorado, donde la hermandad instaló 200 sillas para el público.