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El Retrovisor

Las lágrimas de la Virgen

“Estaba la Madre Dolorosa junto a la cruz, y lloraba mientras el Hijo pendía;

cuya alma triste y llorosa, traspasada y dolorosa, fiero cuchillo tenía…”

 

Estos primeros versos del Stabat Mater, nos sirven de introducción para este pequeño artículo sobre las Lágrimas de la Virgen de la Angustia. Las cinco lágrimas que surcan el bello rostro de Nuestra Señora.

Pero, desde un primer momento, cabe preguntarse si siempre ha sido así. Si esas cinco lágrimas estuvieron en todo momento en el rostro de la Virgen, y, en caso negativo, cuándo se le añadieron. No podemos afirmar rotundamente si fue Juan de Astorga quien primeramente colocó lágrimas en el rostro de Nuestra Señora, o si carecía de ellas al salir de su taller ya que no disponemos de documentación que venga a avalar cualquiera de las dos hipótesis. Pero sí podemos hacer un recorrido a través de la documentación gráfica de la que disponemos y a partir de la llegada de la Virgen en el mes de octubre de 1942.

Año 1942 o 1943. La ampliación permite apreciar las lágrimas de la Virgen.

La fotografía que antecede es de las primeras que se le toman a la Santísima Virgen a su llegada a la Hermandad. El primero de octubre de 1942, una comisión de la Junta de Gobierno formada por el Hermano Mayor Sr. García y García, secretario Sr. Gutiérrez-Alviz, fiscal Sr. Rodríguez del Valle, diputado de gobierno Sr. Duque Calderón y hermano Sr. Domínguez Adame formalizan la adquisición de la imagen en la parroquia de San Isidoro, firmando el cura párroco dos recibos, uno de dos mil pesetas (importe de la cesión de la imagen), y otro de quinientas pesetas en concepto de donativo a la parroquia. En su traslado a la calle Laraña, su cabeza todavía sostiene la antigua corona que poseía en la citada parroquia, y que años más tarde hubo que devolver a la misma, tras la reclamación de su párroco, al entender éste que tanto la corona como adornos, manto y saya con los que fue trasladada, no habían entrado en el precio de la transacción. Pues bien, podemos apreciar en dicha fotografía cómo por el rostro de la Santísima Virgen resbalan tres lágrimas, una bajo el ojo derecho, y las otras dos en el lado izquierdo, que permiten afirmar la existencia de éstas al momento de su llegada a la Hermandad.

Fotografías de 1946 y 1948 en las que han desaparecido las lágrimas del rostro de la Virgen.

Pero en las anteriores fotografías de 1946 y 1948 –pocos años después de su llegada-, advertimos cómo las lágrimas han desaparecido, lo que indica que la Santísima Virgen debió sufrir alguna intervención de conservación (que no aparece documentada en el archivo de la Hermandad), lo que no es extraño dadas las condiciones en que debía encontrarse después de más de un siglo de su hechura. La misma fisonomía ofrece la Santísima Virgen en años posteriores, como se advierte en las siguientes fotografías, la primera de ellas de la década de los cincuenta, y las otras dos de los sesenta y setenta.

Fotografía de 1952.
Fotografía de 1965.
Fotografía de 1974.

Sin embargo, en la década de los ochenta el rostro de la Virgen vuelve a cambiar. De las dos fotografías que siguen a continuación, la primera de ellas fue tomada por José Garduño en el año 1980, y en la misma se sigue advirtiendo la ausencia de lágrimas. Pero en la siguiente, tomada en 1985, podemos ya comprobar cómo le han sido añadidas cinco lágrimas a la Virgen, dos en el lado derecho y otras tres en el lado izquierdo de su rostro. Esa fotografía fue tomada momentos antes de su traslado al taller de Álvarez Duarte para la restauración de que fue objeto y de la cual el propio imaginero da cuenta en el informe que se acompaña, en el que se detallan las intervenciones que ha llevado a cabo. Por ello, podemos datar la nueva incorporación de lágrimas en el primer quinquenio de los años ochenta, lágrimas que a partir de ese momento siempre han surcado el rostro de la Señora.

Fotografía de 1980.
Fotografía de 1985.
Informe de Luis Álvarez Duarte.

 

(Esta entrada de la sección de ‘El Retrovisor’ ha sido elaborada por N.H.D. Antonio Gutiérrez de la Peña)

 

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