La cruz que soporta la sagrada imagen del Santísimo Cristo de la Buena Muerte ha sido en ocasiones sustituida por una nueva debido al deterioro sufrido a lo largo de los años.
Desconocemos si la cruz existente al momento de la fundación de la Hermandad, en 1924, era la original que salió del taller de Juan de Mesa el 8 de septiembre de 1620, cuando procedió a hacer entrega de la imagen a los jesuitas. Es muy posible que así fuera porque hasta ese momento la imagen del Santísimo Cristo –concebida para presidir un oratorio en el templo de la casa profesa que los jesuitas tenían en la calle Laraña–, habría sufrido un escaso deterioro.
Lo que sí sabemos es que esa primitiva cruz fue sustituida, fundada ya la Hermandad, en 1938 por encontrarse la anterior en malas condiciones. La nueva cruz fue labrada bajo la dirección de un hermano, médico y escultor, Agustín Sánchez-Cid Agüero y realizada toda la operación en un estudio sito en la calle Luna, “copiándose dicha Cruz en un todo a la anterior, incluso el INRI”, según reza el acta levantada al efecto, aunque es un poco más alta y larga de brazos que la anterior . En dicho proceso intervinieron el carpintero Emilio Gutiérrez, el entallador José Antonio García Santana, auxiliado por Vicente Serradilla Bago y Eduardo Serradilla Biedma. La madera de ciprés de la nueva cruz fue donada por el Ayuntamiento de Sevilla procedente de unos jardines de la ciudad, y el coste de la ejecución fue sufragado por el Rectorado de la Universidad hispalense. (FOTO 2)
Hasta 1994 no se producirá un nuevo cambio en la cruz del Stmo. Cristo. En el mes de septiembre de 1991 se va a informar de la aparición de una grieta en la cruz del Santísimo Cristo. Comenzará así un largo proceso que va a culminar con la restauración de la propia imagen y la sustitución del soporte, restauración que se va a llevar a cabo en Madrid, en la sede del Instituto de Conservación y Restauración de Bienes Culturales donde trabajan los hermanos Cruz Solís.
El día primero de junio de 1994, miércoles, siendo las 6:30 horas de la mañana, un furgón de la empresa “Amado Miguel” se acerca a la puerta de la Capilla. Los técnicos de la empresa de transporte proceden al ensamblaje de una caja donde va a ser introducida la Imagen; se trata de unos paneles de aglomerado que en su interior tiene unos puntos de sujeción mediante unas abrazaderas de nylon. El Director Espiritual D. Juan del Río comienza el rezo de un Padrenuestro en petición de la buena marcha de la restauración. Luego, los técnicos de “Amado Miguel” introducen definitivamente la Sagrada Imagen en la caja, sellándose ésta, que mediante unas rodaduras es acercada a la puerta de la Capilla y subida finalmente al furgón, matrícula de SE-1039-BL.
El Hermano Mayor Sr. Contreras Ayala procede, en unión de D. Miguel González Vilches, en representación de la propia Universidad y de D. Martín de Miguel Zabala, administrador de la empresa “Amado Miguel”, a firmar el documento de entrega de la Sagrada Imagen que viajaría a una temperatura constante de 20º centígrados y a una velocidad entre 60 y 70 Kms./hora. Poco antes de las 7:00 horas de la mañana el furgón atravesaría la cancela principal de la Universidad con destino a la capital del reino. A las 18:45 horas llegaría a su destino en el Instituto de Conservación y Restauración de Bienes Culturales, siendo recepcionada la entrega por D. Raimundo Cruz Solís y D. Ramón Romero Cabot y donde una comisión nombrada al efecto y presidida por el Hermano Mayor Sr. Contreras, efectuaría un seguimiento periódico del proceso de restauración.
Advirtiéndose el deterioro profundo que ha sufrido la cruz, la hechura de una nueva es encargada definitivamente a Guzmán Bejarano que además posee madera adecuada para su ejecución que es presupuestada en quinientas mil pesetas y que fueron sufragadas con aportaciones de los hermanos.
Las dos cruces sustituidas se encuentran conservadas en la Hermandad.
(Esta entrada de la sección de ‘El Retrovisor’ ha sido elaborada por N.H.D. Antonio Gutiérrez de la Peña)