El domingo 8 de abril de 2018 (Dominica In Albis), la Hermandad de los Estudiantes acudirá corporativamente a la Procesión de Impedidos que la Archicofradía Sacramental del Sagrario organiza en colaboración con todas las hermandades y cofradías de la feligresía de la Parroquia del Sagrario de la Catedral, a la cual pertenece nuestra hermandad universitaria. Esta antigua tradición, frecuente entre las hermandades sacramentales de nuestra Ciudad hasta no hace demasiados años, tiene como finalidad llevarle la comunión a todas aquellas personas que por enfermedad se encuentran impedidas para salir de su domicilio y poder desplazarse a su parroquia a recibir el cuerpo de Cristo, logrando así que no queden desprovistas de recibir a Jesús Sacramentado.
Previamente a la procesión, se celebrará la Santa Misa en la Parroquia del Sagrario a partir de las 10:00 horas, con la asistencia de todas las hermandades y autoridades que posteriormente participarán en la procesión por las calles de la feligresía.
Todos aquellos hermanos que deseen acompañar a Su Divina Majestad en la procesión de impedidos con cirio, acompañando a la comitiva de nuestra hermandad, representada por estandarte corporativo y varas, deberán encontrarse en la Parroquia del Sagrario una vez finalizada la eucaristía, portando traje oscuro y la medalla de nuestra corporación.
ORIGEN Y SIGNIFICADO DE LA PROCESIÓN DE IMPEDIDOS
En el Tiempo Pascual, Sevilla celebra con gran solemnidad un culto público al Santísimo Sacramento, cual es la procesión eucarística de enfermos e impedidos, para llevar a Cristo, Palabra y Alimento de Vida, a los hogares de aquellos que se encuentran imposibilitados de concurrir comunitariamente a la celebración del Banquete del Señor.
La celebración eucarística es el culmen de la evangelización, por constituir punto de acercamiento de un itinerario de anuncio y acogida del evangelio, en base a que la presencia de cristo en la Eucaristía es, según definición del Concilio de Trento, verdadera, real y sustancial.
Cuando por estar impedidos o enfermos, hay cristianos que no pueden ejercer totalmente ese derecho, y se encuentran imposibilitados de participar en la Eucaristía comunitaria, es un deber de los demás miembros de la comunidad el hacerles partícipes de la misma, porque la Eucaristía limitada sólo a unos pocos, no sería verdaderamente un sacramentum ecclesiae, que es la característica con que instituyó Cristo este Sacramento.
Los llamados a velar tradicionalmente por el cumplimiento de tan alta misión, son los cofrades de las Hermandades Sacramentales, en las que el culto solemne y público de la Eucaristía, junto a su fervor concepcionista y las honras fúnebres por los cofrades difuntos, son los pilares institucionales sobre los que se han sostenido históricamente estas corporaciones.
Desde antiguo ha revestido gran solemnidad la procesión de Su Divina Majestad, para el cumplimiento pascual de los postrados por la enfermedad y la vejez, que conlleva, a su vez, un acto de fe en la presencia real y sacramental del Hijo de Dios en las especies sacramentales.
Esta es, en definitiva, una procesión eucarística en la que las ostias consagradas son portadas en copón o portaviático, por el Párroco de la feligresía, que con gran solemnidad, como tan alta majestad merece, en un cortejo de indudable raíz barroca, recorre dentro del Tiempo Pascual las calles de la collación, para administrar el sacramento de la Comunión a los enfermos e impedidos para acudir al templo.
Fuente: Juan Manuel Bermúdez Requena. Boletín de las Cofradías nº 484